Un excéntrico matemático que se bajó los pantalones para mostrar su trasero en un auditorio repleto de estudiantes, que orinó públicamente desde un balcón de una universidad y que contrajo matrimonio bajo la carpa de un circo, busca ser el próximo presidente de Colombia.
Antanas Mockus, hijo de inmigrantes lituanos, pretende convertirse en una opción política y derrotar en las urnas al candidato oficialista del Partido de la U, Juan Manuel Santos, en las elecciones del 30 de mayo.
Mockus, de 58 años, ascendió al segundo lugar en las encuestas sobre intención de voto, descontando terreno frente a Santos, el exitoso ex ministro de Defensa del presidente Alvaro Uribe que se mantiene primero.
El ex alcalde de Bogotá superó en sondeos a la candidata del Partido Conservador, Noemí Sanín, tras su alianza con el también matemático y ex alcalde de Medellín Sergio Fajardo.
Mientras que Santos representa la continuidad de Uribe, quien después de ocho años de Gobierno mantiene una popularidad de alrededor del 70% por su ofensiva militar contra la guerrilla izquierdista, Mockus se proyecta como una opción de cambio con un discurso pedagógico y filosófico de difícil compresión para muchos, según analistas.
Pese a que la guerrilla izquierdista continúa siendo una amenaza en el país de más de 44 millones de habitantes, el matemático que usa barba tipo Amish y lentes ha logrado posicionarse entre los electores con un discurso de honestidad, pese a que muchas de sus propuestas no son concretas.
Dos veces alcalde de Bogotá, la capital colombiana de más de seis millones de habitantes, el político que se define como un independiente como candidato del Partido Verde, impulsó campañas de educación para reducir la violencia, la tolerancia y mejorar el caótico tráfico de vehículos.
Sus victorias electorales fueron consideradas como un voto de protesta contra la ineficiencia de la clase política
tradicional para solucionar los problemas de la ciudad.
Como parte de esa estrategia pedagógica se disfrazó de héroe ciudadano usando calzoncillos, botas y capa roja,
interpretó canciones de rap y frente a cámaras de televisión enseñó a bañarse sin ducha en una campaña para ahorrar agua.
Politólogos lo definen como un gobernante creativo que logró transformaciones radicales en Bogotá impulsado la cultura ciudadana, la protección de la vida, la gestión transparente y eficiente y el manejo de fondos públicos como activos sagrados.
Mockus nació en Bogotá el 25 de marzo de 1952. Aprendió a leer a los dos años de edad, estudió en la Universidad de Dijón en Francia y en la Universidad Nacional de Colombia.
El 1 de enero de 1995 inició su primer período como alcalde e integró un equipo con académicos y no políticos en los cargos más relevantes de la administración. En 1997 renunció para lanzarse como candidato a la presidencia, pero terminó como fórmula vicepresidencial de Sanín. En el 2000 regresó a la política como candidato a una segunda elección para la alcaldía de Bogotá y pidió perdón a los votantes por haber abandonado el cargo.
En su segunda alcaldía, entre enero del 2001 y diciembre del 2003, recuperó la imagen de político independiente y eficiente ante la opinión pública.
En esa administración continuó desarrollando y ampliando el sistema Transmilenio de transporte público por medio de buses articulados de Bogotá que implementó el ex alcalde Enrique Peñalosa, también del Partido Verde.
Mockus prometió que en su eventual presidencia seguirá su gestión sobre los logros de Uribe, incluyendo la política de seguridad que acabó con importantes comandantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y la deserción de miles de combatientes, forzando el repliegue de rebeldes a zonas selváticas.
Los ataques implícitos de Uribe a su candidatura, por lo que el presidente considera falta de decisión para enfrentar a la guerrilla, también parece fortalecerlo en las encuestas, según el propio Mockus, que define la reacción del mandatario como un temor natural de que su candidato sea derrotado.
Aunque su fortaleza electoral está en grandes ciudades como Bogotá, su reto será posicionarse en las zonas rurales en donde registra una baja intención de voto frente a Santos, a quien enfrentaría en una segunda vuelta el 20 de junio.
