El domingo se cumplieron 40 días de la gestión de Daniel Garnero como DT de este San Martín ilusionado con volver a Primera. En ese sueño que volvió a tomar forma tras la salida de Darío Franco, tiene parte de fundamento la labor del ex conductor de Independiente y Arsenal de Sarandí. Desde el juego se entiende su mensaje directo y sencillo, en el cual siempre hizo prevalecer la idea de armar el equipo de atrás para adelante. Apuntó a sumar afuera (7 de 9 puntos disputados) y hacerse fuertes en casa, donde también acumuló la misma cantidad. Y en la intención, nunca empleada en un arranque de encuentro por parte de su antecesor Franco, de colocar dos centrodelanteros naturales como Caprari y Penco. Desde los números su conducción no tiene fisuras ya que San Martín es el mejor equipo en el mes de abril y por ende, se encuentra consolidado en un puesto de Promoción y tras el 2-1 sobre el Decano en Tucumán potencia la esperanza de quitarle a Unión el segundo puesto de ascenso directo.
A contramano de este sólido presente, Garnero llegó al club con muy poco conocimiento de sus nuevos dirigidos y para cambiar un panorama difícil que dejó sin trabajo a Franco. "Vamos a tener que entendernos rápido entre todos", se sinceró en la conferencia de prensa de presentación cuando también tiró aquella frase de "a los chicos del club los voy a ir conociendo de a poco". Sólo Emmanuel Más es alguien que está en los planes "serios" para jugar, ya que Franco Lépez y su tocayo Caballero rara vez forman parte para los suplentes de la práctica de fútbol de cada semana. En el plantel se le reconoce haber hecho algo sencillo, pero efectivo, como es priorizar el cero en el arco propio. De esta manera bajó línea con su dibujo táctico de un 4-4-2, es decir sin enganche, ayudado por el desgarro de Messera en el debut con Merlo. Que Galarza sea un central por naturaleza devenido en lateral derecho es una muestra de su pensamiento. Puso mucho combate en el mediocampo con el doble cinco de Alderete-Scatolaro (una similitud con Franco) pero le agregó dos carrileros y entonces quitó los extremos del anterior DT. Dejó de lado algunos jugadores del anterior ciclo y formó un equipo con muchas batallas encima. La inclusión de Cantero, quien suma dos ascensos en su curriculum, fue primordial. El carácter del equipo el domingo, ante más de 30.000 tucumanos, es una muestra que acertó. Arriba le dio vida al doble nueve con Penco y Caprari. Entre ambos marcaron cinco de los siete goles del equipo desde aquel 16 de marzo cuando asumió.
Garnero vive la semana igual que los partidos, dando indicaciones precisas y sin volver locos a sus dirigidos. Los videos propios (martes o miércoles) para corregir errores y destacar aciertos, y los del rival de turno (jueves, antes de hacer fútbol) son un elemento más en su inventario de entrenador. A las pelotas detenidas les da el papel de un factor más dentro de un encuentro. Por ejemplo, en los córners a favor prefiere que el ejecutante abra el balón para la llegada de sus compañeros y no que lo cierre. Es así que habitualmente Poggi patea desde el sector izquierdo y Cantero desde la derecha. Así son las premisas del factor G.
