Tras el fallo de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos en favor de los bonistas especuladores tenedores de la deuda argentina, o "fondos buitres”, nuestro país a través ha expresado tanto la voluntad negociadora como la firme decisión de pago que tiene la Argentina en esta coyuntura, lo que aleja toda posibilidad de caer en un default técnico.
El problema ahora es no sólo abonar 1.300 millones de dólares a los fondos buitres sino que el dictamen habilita también futuros pedidos de embargos sobre los bienes argentinos en el exterior. Es que los jueces fallaron en contra por 7 votos contra 1 en el llamado "Discovery Case”, que habilita a los holdouts que no ingresaron en la reestructuración y canje propuesta por el gobierno, a pedir embargos sobre bienes nacionales en el exterior.
La presidenta Cristina Fernández, anunció en su discurso por cadena nacional, el lunes último, que la voluntad de negociación de Argentina está más que demostrada, pero alertó también que si bien existe voluntad negociadora con los acreedores, no desea ser sometida a una extorsión, al hacer referencia a la exigencia de que dicho pago debe ser en efectivo. Como bien explicó, si el país desembolsara esa suma, otros acreedores estarían en condiciones de exigir cobrar 15.000 millones de dólares, lo cual es más de la mitad de las reservas del Banco Central, que no sólo es absurdo sino que es imposible que un país destine más del 50% de las reservas a pagar deudas.
Paul Singer, titular del fondo más agresivo, es un destacado donante del Partido Republicano de EEUU y tiene una fortuna de unos 1000 millones de dólares obtenida gracias a su habilidad para comprar deuda en suspensión de pagos y venderla más cara o llevar a los tribunales al emisor, caso de la Argentina. Como afirmó la Presidenta, el fallo estadounidense es contrario no sólo a los intereses de Argentina, sino también del 92% de acreedores que creyeron en nuestro país y refinanciaron su deuda. Singer posee títulos que adquirió en 2008 por 48,7 millones de dólares y con la sentencia de la Justicia de EEUU percibirá un beneficio del 1.608% en dólares, una maniobra inmoral e inescrupulosa.
Cabe ahora abrir un espacio de negociación para evitar desviaciones peligrosas. Actuar con cautela de ser la estrategia negociadora, sin palabras ni gestos proponentes, como los que se manifestaban cada vez que el caso de los bonistas tomaba estado público.
