El nombre de Jennifer Rodríguez Majsun pasó a liderar una de las campañas solidarias más importantes de la provincia. Y que se convirtió en un verdadero fenómeno, aún vigente. En el 2008, con apenas 6 años de edad, juntó 35.000 tapitas de gaseosas para ayudar al Hospital Garrahan, donde era paciente. A partir de que DIARIO DE CUYO publicó su historia, cientos de sanjuaninos se sumaron para colaborar. Así surgió el grupo Más Tapitas que ayer inauguró Casita de Luz, un depósito propio para colocar las tapitas y el papel donado. Una vecina, que se sumó a la campaña, pagará el alquiler de la casa donde funcionará.
Como el tesoro más preciado, en esta nueva casa, exhibirán una carpeta con todos las notas publicadas sobre la trayectoria y los logros de la campaña. Y de los sanjuaninos que juntaron tapitas para mandar al Garrahan. El hospital las vende en las recuperadoras para obtener fondos para los tratamientos infantiles de diálisis y quimioterapia. Uno de ellos fue Yohana Cortés, una estudiante universitaria que emprendió su propia campaña. No sólo recorría las calles y los alrededores de las canchas de fútbol durante los fines de semana para juntar tapitas. También colocó una caja en los almacenes de su barrio y en los restoranes céntricos para que todos dejaran su aporte. No conforme con eso, decidió recorrer algunos colegios para impulsar esta movida solidaria. Se llevó la sorpresa de que en el San José, Santa Rosa de Lima, La Inmaculada, San Francisco de Asís y en el Central Universitario, los alumnos ya estaban juntando tapitas.
Hasta ese momento, el tío camionero de Jennifer era el encargado de llevar la carga hasta el mismo Hospital Garrahan. Pero a fines del 2008, la empresa de transportes Cruz del Sur se hizo cargo de este trabajo.
Hasta el Rotary Club San Juan quiso formar parte de este acontecimiento. Aunque su aporte no fue en tapitas. En agosto del 2008, le entregó a Jennifer Rodríguez Majsun el premio Mejor Campañero, de modo excepcional (este premio se entrega sólo a alumnos secundarios), por la tarea solidaria que emprendió.
A partir de entonces, Más Tapitas, que ya tenía 80 integrantes que trabajaban en forma permanente en la recepción y clasificación del material, no dejó de cosechar corazones solidarios. En el 2009, la empresa de remises Rampa colocó en cada uno de sus 160 móviles un recipiente para que los pasajeros dejaran las tapitas de gaseosas y agua mineral. Y los chicos del Grupo Scout La Merced, para su aniversario número 30, armó una flor en la plaza Aberastain con 40.000 tapitas que después donó para el Garrahan.
Ese mismo año, el Gobierno de San Juan le permitió a este grupo desempeñar su labor en el Predio Ferial, durante los cuatro días que duró la Fiesta Nacional del Sol. Unos meses más tarde, el municipio de Rawson le prestó a Más Tapitas el Parque de Rawson para que realizaran un festival solidario, con la actuación gratuita de varios artistas locales, para juntar tapitas y papel.
La última persona solidaria en sumarse a esta movida es una vecina de Pocito, que prefirió mantenerse en el anonimato. Como esta mujer no tiene tiempo para juntar tapitas o trabajar en la clasificación del material recibido, decidió alquilar una casa y pagar los $650 mensuales del alquiler para que allí funcione el depósito de Más Tapitas, que anteayer inauguró en la esquina de calles Vidart y Storni, Villa Aberastain.
Allí estuvo Jennifer, quien festejó otra buena noticia: los especialistas del Hospital Garrahan le dieron el alta médica.
