�El Gobierno nacional salió a admitir ayer que desde el búnker del Frente para la Victoria se cometió el ‘error‘ de anunciar que el kirchnerismo se había convertido en la segunda fuerza electoral en la Ciudad por ‘un error‘ en las encuestas de ‘boca de urna‘ y que el triunfo del macrismo puede tener ‘alguna implicancia‘ en las elecciones presidenciales.
Los primeros en hablar sobre el resultado adverso para el kirchnerismo en las PASO porteñas, fueron el secretario de Inteligencia, Oscar Parrilli, quien reconoció que la victoria del PRO puede tener ‘alguna implicancia‘ en las elecciones presidenciales, pero remarcó que ‘no‘ tiene ‘ninguna duda‘ que el kirchnerismo ‘va a seguir más allá del 10 de diciembre‘, cuando finalice el mandato de la presidenta Cristina Fernández.
Por su parte, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, explicó que el Frente para la Victoria se había autoproclamado segundo en las PASO porteñas porque se basó en datos de una ‘boca de urna‘ que estaba ‘equivocada‘, a la vez que aseguró que ‘no‘ fue ‘un golpe‘ que el kirchnerismo quedara en tercer lugar en la suma de votos de las fuerzas.
Fernández justificó la postura adoptada el domingo en el búnker del FpV donde él mismo habló de una elección ‘fenomenal‘ mientras todos los precandidatos presidenciales celebraban con el postulante electo para jefe de Gobierno, Mariano Recalde, un supuesto ‘segundo puesto‘ del FpV que finalmente no reflejó el resultado. Fernández admitió que fue una ‘elección esquiva‘ la afrontada por el FpV que, con el 98,43% de las mesas escrutadas y con Mariano Recalde como ganador de la interna, obtenía el 18,72% de los sufragios detrás del 47,7 de PRO y el 22,4 de ECO.
