Dos derrotas consecutivas, seis goles en 180 minutos y una decepcionante actuación terminaron por colmar el vaso.
El entrenador de San Martín, Pablo Lavallén sabía muy bien que el margen era mínimo y que contra Rafaela su ciclo estaba tocando fin. No extrañó entonces que consumado el 0-3 ante La Crema, el DT y la dirigencia consensuaron el final de este ciclo que abarcó 27 partidos repartidos en dos temporadas: 16 en la que pasó y los 11 que van jugados de esta.
A lo largo de cu etapa como entrenador, Lavallén ganó en total 8 partidos, empató 9 y perdió otros 9. Separando las dos temporadas, en la primera ganó 6, empató 5 y perdió 5. Mientras que en la actual temporada ganó apenas 2 partidos (Aldosivi y Vélez), empató 4 y perdió 4. Números que dicen todo y que decantaron en este abrupto corte que el presidente Jorge Miadosqui confirmó tras el final del partido ante Rafaela en la conferencia de prensa a la que el propio Pablo Lavallén no asistió siquiera, después de haberse quedado varios minutos a la orilla del alambrado, a un costado del banco de suplentes, siendo el blanco de todos los insultos de los plateístas de San Martín.
Con contrato hasta junio del 2017, Lavallén dejó de ser el entrenador tras charlarlo con la dirigencia, según las palabras del presidente Miadosqui: “Es decisión de esta Comisión Directiva no contar más con los servicios de Pablo Lavallén, a quien le agradecemos todo lo que hizo por San Martín.
Esto es así y sabemos que el fusible en éstas situaciones es el entrenador y Pablo ya nos había dicho que llegaba hasta acá.
Hay que mantener la calma, buscar las mejores opciones para este momento del equipo y seguir. Esto no tiene nada que ver con los rumores que no vinculaban con Atlético Tucumán y a mi mismo Lavallén me dijo que se va a su casa, no a Tucumán ni a ningún otro club.
Eso tiene que quedar claro para evitar especulaciones. No era la idea terminar este ciclo de esta manera pero no se puede cambiar a todos los jugadores y el que termina siendo la salida más sencilla es siempre el entrenador, tal cual lo hablamos con Lavallén y acordamos esto. Vamos a buscar lo mejor para San Martín, con tiempo y sin cometer errores” cerró el presidente para terminar la noche más amarga en Concepción.
Poca gente, mucha bronca
Tiene que haber sido la noche de más pobre convocatoria de San Martín en el torneo. Por el horario, por el rival y por el presente del equipo que no venía bien. La Popular Norte nunca se colmó y ni hablar de la Platea Este y la Oeste.
Poca gente pero mucha bronca contenida por la campaña que desde el minuto inicial se fue transformando desde ese murmullo al reclamo a viva voz con insultos incluidos, focalizados en el cierre en la figura de Pablo Lavallén, que insólitamente, decidió quedarse a un costado del alambrado para que la gente explotara.
En las adyacencias del estadio, la misma postal. Mucha bronca, más insultos y el reclamo de la salida de Lavallén.

HORARIO. Un lunes a la noche no invita demasiado y conspira contra la presencia de la gente en Concepción.
