"Soy bueno, bueno, bueno", repite como para limpiar su imagen a sólo horas de haber ganado la segunda edición de Masterchef Argentina el miércoles por la noche. Alejo Lagouarde cosechó amores y odios mientras duró el concurso que emitió Telefe, pero fue notoria la indignación de los televidentes que se expresaron por Twitter cuando se conoció que él era el elegido en vez de Martín Matroni. Es que durante el programa, Alejo se mostró soberbio y altivo con sus compañeros e incluso con el jurado, lo que le valió más de una reprimenda.
-¿Esperabas ganar?
-Sí, si yo me anoté es porque creía que tenía chances de ganar. Creo que todos se anotan a una competencia porque tienen la chance de ganar o sienten que pueden ganar. Yo desde el primer programa supe que iba a llegar a la final. Me tenía confianza, claramente desde el principio vi quién iba a ser el rival más complicado.
-¿Te referís a Martín?
-Sí.
-Te llevabas mejor con algunos participantes, que con otros, ¿no?
-En realidad me llevaba muy bien con todos, espectacularmente bien con todos. Eso claramente fue parte de un personaje. Lo mío fue un personaje. Imaginate que si yo era tal cual soy, no duraba ni dos capítulos.
–¿Y cómo sos realmente?
-Yo soy muy empático, muy sentimental, soy bueno, bueno, bueno. De hecho mis amigos de Masterchef me dicen que "chorreo buenidad".
-Fijate que en las redes la gente habla de vos como "el malo".
-Claro, es lo que yo quería. O te destacabas por cocinar bien, que eso lo logré, o te ibas a destacar también por ser el personaje diferente y el único diferente fui yo. La gente hablaba de que querían que perdiera yo o que gane yo. No hablaban de que querían que ganara otro.
-Todo lo que aprendiste de marketing, te sirvió.
-Espectacularmente me sirvió. Usé cada cosa.
-¿Cómo te cambia haber ganado?
-Me cambia porque tengo una gran responsabilidad que es defender este título y la verdad si viene otro Masterchef y hay otro participante que es mejor que yo, soy capaz de reingresar y sacarlo.
-¿De qué manera te afectaba la presión del jurado?
-La presión la sentía hasta que decía "bajá a tierra". Ellos tienen un personaje, yo también tengo un personaje. Los cuatro teníamos un personaje. Así que no dejé que me afecte mucho y si me pasaba, trataba de que le afecte al personaje, yo trataba de estar íntegro. Lo mismo que con los insultos de la gente en las redes. Son a mi personaje, no es a mí. Yo soy una persona que habla con mucha energía, que se puede entender que una autoestima muy alta, eso choca, pero es sólo energía.
-Entonces la autoestima está, no es del personaje.
-Sí, sí. Aunque sea muy perfeccionista y eso me tira un poco abajo, pero eso me hizo llegar a donde llegué.
– En el final le ofreciste un horno a Martín, ¿te conmoviste realmente?
– Me salí del personaje, fui yo totalmente. Me dio lástima porque él estaba mal por haber perdido, porque quizás él se sintió ganador, y no le fue bien… no ganó y se puso muy mal. Y yo dije, si en algo le puedo ayudar para concretar su proyecto, lo voy a ayudar, con un horno o una mesa de hornallas, lo que sea.
-¿Y crees que él te va a dejar que lo ayudes?
-Es que lo que yo tengo pensado es agarrar un camión y mandárselo.
-¿Y qué vas a hacer con el resto del premio?
-Voy a abrir mi empresa de catering. Mientras tanto lo que estoy haciendo es trabajando con mi canal de Youtube.
-¿Estás contento con el menú que presentaste?
-Y la verdad que no. La felicidad de los platos que hice sólo me duró un día, al otro día ya me parecían horribles. Hubiese preparado otra cosa.
– Sos muy autoexigente, ¿así sos para todo?
-Sólo para la cocina, el resto, que salga como salga. Soy tipo: "Lo atamos con alambre, lo atamos". Pero no para la cocina.
– Y si vos fueras un plato, ¿cuál serías?
-Mmmm.. (piensa largo rato). Sería un profiterol relleno con crema pastelera. Durito por fuera y tierno y cremoso por dentro.
