Los dirigentes de la Mesa de Enlace agropecuaria que representa a las cuatro principales entidades agrarias del país aceptaron ayer la invitación del Gobierno a un diálogo "sin prejuicios ni agendas previas" a partir del viernes,

en momentos en que el campo lleva más de un año en pie de guerra por la presión del Fisco.

El jefe del gabinete, Aníbal Fernández, dijo al anunciar la reunión que no habrá "límites" a la agenda de temas que proponga el campo, que exige rebajas de los impuestos a la exportación de granos, en especial la soja, el principal motivo de un conflicto que estalló a comienzos de 2008.

El otro motivo del conflicto son las regulaciones al comercio de trigo, carne vacuna y lácteos, aplicadas gradualmente desde fines de 2006 con el fin de asegurar el abastecimiento interno frente al alza que por entonces comenzaban a registrar los precios internacionales de los alimentos.

Dirigentes de las patronales agropecuarias, que reúnen a unos 290.000 afiliados, contestaron que aceptarán la invitación, a la que dijeron que llevarán una "agenda propia", y volvieron a criticar duramente al Gobierno.

Fernández remarcó que el Ejecutivo "no tiene de antemano ningún proyecto" sobre el esquema impositivo para los granos, asunto que es motivo de discusiones entre fuerzas políticas de la oposición que han apoyado las protestas del campo.

"Nosotros no hablamos ni con prejuicios ni con agendas previas. Cuando invitamos al diálogo, lo hacemos de una forma generosa y nos queremos sentar a hablar de todos los temas que tenemos que hablar", aseveró el ministro.

Apuntó que el campo también será invitado al "Consejo Económico y Social" que busca de consensos con empresas y sindicatos dentro de la ronda de diálogo abierta tras la derrota electoral, hace hoy exactamente un mes.

En respuesta a la oferta gubernamental, el líder de la Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi, dijo que el campo aceptará la invitación oficial en vista de la "situación crítica" que soporta el sector, en especial el lácteo.

"Venimos de muchas frustraciones y con mucha desconfianza", aseguró, en referencia al fracaso de las negociaciones que se desarrollaron el año pasado.

Buzzi sostuvo que el campo "no tendrá tolerancia indefinida" y exigirá "soluciones inmediatas", lo mismo que pidió el titular de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcati, que además acusó a funcionarios del oficialismo de "destruir el sistema productivo".

La convocatoria al diálogo frenó la huelga que preparan los productores de leche que hicieron un petitorio para que los dirigentes agropecuarios lo entreguen al Ejecutivo -ver aparte-.

El campo pide eliminar las retenciones a la exportación de trigo, maíz y girasol, y reducir diez puntos porcentuales, de 35 a 25%, en las que se pagan por la soja.

Para la campaña agrícola 2009-2010, Argentina espera una cosecha de 82 millones de toneladas de granos, con lo que las pretensiones del campo supondrían para el Fisco la pérdida de una recaudación de unos 3.200 millones de dólares.

Dirigentes de las principales fuerzas de la oposición proponen que las rebajas de impuestos sean menores en vista del impacto en las cuentas del Fisco, asunto que será tratado por la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, que se reunirá hoy tras nueve meses de inactividad.