El impacto político y mediático de la denuncia sobre el supuesto pago de sobornos en el comercio con Venezuela, derivó ayer en el pedido formal del Gobierno a la Cámara de Diputados para que haga pública la versión taquigráfica de la exposición del ex embajador argentino en Caracas, Eduardo Sadous.
El pedido lo realizó formalmente el canciller Héctor Timerman al titular de Diputados, Eduardo Fellner, mediante una carta donde expresa su "preocupación" de que los países que mantienen relaciones exteriores con la Argentina "comiencen a desconfiar sobre la posibilidad que tiene la Argentina de mantener cierta confidencialidad sobre los hechos que llevamos adelante".
Durante una conferencia de prensa que brindó en Toronto, donde acompaña a la presidenta Cristina Fernández para la cumbre del G-20, el canciller se quejó porque consideró que el testimonio de Sadous está siendo tomado "como el affaire de una vedette, me preocupa la mentira, parece un romance de un artista de teleteatro".
Timerman apuntó contra los medios de comunicación, al advertir que "han utilizado los pseudos testimonios (de Sadous) de acuerdo a sus intereses" y para "desestabilizar al gobierno".
Sodous expuso el miércoles, en una reunión de carácter secreta, ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja sobre su denuncia, y allí habría ratificado la existencia de una "embajada paralela" en Caracas, supuestamente comandada por el ministro Julio De Vido.
Precisamente, el ministro de Planificación salió ayer a desestimar la versión de Sadous, aunque lo único que hizo fue confirmar lo de la "embajada paralela". "Hay algunos sinvergüenzas que se dicen embajadores y hablan de "embajadas paralelas" cuando, en realidad, mientras ellos se la pasaban de copetín en copetín, nosotros trabajamos junto a la Cancillería en procura de las soluciones necesarias para el país", lanzó.
