El golazo de Ariel Ortega, en definitiva el único del partido, fue lejos lo más interesante de un partido de mediocre nivel y típico de pretemporada. El Burrito, a los 26 minutos del primer tiempo, recuperó la pelota, aceleró, superó en velocidad a dos rivales y definió por encima del arquero Carlo Nash con una exquisitez que cayó cerca del ángulo superior derecho. El equipo de Néstor Gorosito en esa primera parte fue muy superior al conjunto inglés y hasta mereció imponerse en el parcial por una diferencia mayor. Ortega cuando intervino dio muestras de su personalidad y gran categoría. Por lo pronto, River jugó durante esa primera mitad bastante por encima del nivel que lo llevó a penar a lo largo de la temporada 2008-2009. En la segunda etapa la formación millonaria bajó su rendimiento en general, pero el Everton inglés en ningún momento dejó en evidencia las virtudes que le permitieron ocupar el quinto lugar en la tabla de posiciones de su Liga. Es más, sobre el final, River hasta se adelantó en el terreno con la intención de completar su faena con otro gol.
