Una de las mayores organizaciones de tráfico de cocaína a España terminó de ser desbaratada por la Policía Nacional de ese país, que incautó 3.400 kilos de esa droga procedentes de Argentina y Brasil camuflada en contenedores con manzanas, cinco millones y medio de euros y detuvo a unas 65 personas.
La Policía Nacional difundió ayer un comunicado de prensa en el que detalla los resultados de toda la operación que en Argentina se conoció como "Manzanas Blancas" y tuvo la colaboración de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal.
Según la policía española, la banda camuflaba la cocaína en paquetes de un kilo entre cargamentos de manzanas, perfectamente envueltos para protegerlos del frío y la humedad e identificados con un logotipo del Pato Donald.
En total se detuvo a 65 personas: 15 en la fase inicial de las investigaciones y otras 50 con posterioridad.
Los investigadores españoles pidieron la colaboración de las policías de Argentina y Brasil y así fue como en junio pasado en ambos países se interceptaron dos contenedores de fruta cargados con 3,4 toneladas de cocaína que tenían destino final España.
En esos operativos se arrestó a los primeros 15 detenidos de la organización y otros 200 kilos del estupefaciente fueron interceptados ocultos en un contenedor de chatarra que llegó al puerto de Barcelona.
Las pesquisas se centraron en el entramado de la organización en España que, según el comunicado de la policía española, permanecía inactiva tras la operación en junio, pero que ya planeaba sus próximas actividades.
Los españoles terminaron la investigación con la detención de 40 personas en Madrid, Alicante y Galicia -20 por narcotráfico y 20 por blanqueo de capitales-, a las que se suman otros 10 detenidos en Argentina.
La red, compuesta principalmente por ciudadanos colombianos y mexicanos, contaba con el apoyo de empresarios que utilizaban su habitual actividad comercial de importaciones y exportaciones entre Argentina y España para el transporte transoceánico de la cocaína.
Los narcos españoles eran los encargados de la recepción de los contenedores cargados de estupefaciente a través de distintos puertos de España.
Una de las vías de entrada era el puerto de Vigo, donde un grupo de narcos gallegos recibía la cocaína, que era custodiada y entregada a los definitivos propietarios gracias a una empresa de distribución que utilizaban para trasladar los contenedores por España.
El contacto entre los traficantes se materializaba en frecuentes viajes entre Argentina y España para supervisar el narcotráfico.
De hecho, uno de los "empresarios" gallegos permanecía en Argentina gran parte del año para controlar desde sus inicios las operaciones.
Según la policía española, los traficantes gozaban de un alto nivel de vida, al punto que estimaron que los gastos del principal investigado superaban los 2.000 euros por día.
Además, al presunto líder se le secuestraron 65 automóviles de lujo, seis embarcaciones y 5,5 millones de euros en efectivo, en su mayoría, envasados al vacío, en allanamientos realizados en unas 20 propiedades que tenía registradas.
Los investigadores también descubrieron que una de las vías principales del blanqueo de dinero eran diferentes concesionarios de automóviles de alta gama, donde se recibían muy importantes sumas en efectivo por automóviles que figuraban a nombre de testaferros.
