Una fractura en la brida pata delantera derecha ocurrida en el momento más inoportuno que podría elegirse, cuando lideraba de orejitas paradas y pegado a los palos el Gran Premio “70 aniversario de la Municipalidad de Rivadavia”, fue la causante del gran susto de la luminosa tarde del Sarmiento.
La espectacularidad del instante y el dramatismo de ver como volaba el jockey Alberto Valdéz le quitó importancia a la definición de la prueba que fue para Darren, quien se impuso de manera apretada al mendocino She Can.
La tensión llegó a un punto culminante cuando caballo y jinete quedaron tirados sobre la pista. Un mundo de gente, con mayoría de curiosos, se metió a la cancha. Ellos, en su desmedido afán de ayudar, complicaron la tarea de los paramédicos y de los cuidadores del caballo que pertenece al stud Esquina Alta.
Valdez, luego de recibir las primeras atenciones fue trasladado en una ambulancia hasta un hospital donde se constató que tenía un fuerte traumatismo en el pecho y se lo dejó internado en observación porque también había sufrido un golpe en su cabeza.
Al caballo, luego que lo atendieron los veterinarios, se lo hizo caminar, lo hacía de manera muy dificultosa, renqueando con su pata enferma hacía la caballeriza.
El jockey, que estaba inscripto para correr el clásico montando a Plenty Of Glory, fue reemplazado por Alberto Gimenez, quien supo ganar el Sarmiento conduciendo al mendocino Hidroavión.
Es cierto que el turf es una actividad de riesgo y que estos accidentes están dentro de los gajes del oficio, pero no deja de ser verdad, también, que cuando ocurren generan una sensación de incertidumbre y profunda tristeza, tanto por la salud del jockey, que por fortuna está bien, y del caballo.
