La primera vez que Ricardo Godoy tomó la tijera y un peine de forma profesional tenía 14 años y desde entonces, no ha hecho otra cosa. Es un peluquero sanjuanino que ganó varios trofeos en competencias nacionales e internacionales. Con 70 años, continúa con este oficio que heredó de su padre y que mantendrá hasta que sus manos se lo permitan. Hoy festejará el Día del Peluquero junto a su familia, en Rivadavia, y recordando anécdotas que cosechó a lo largo de su profesión.
De niño comenzó a incursionar en el oficio, siguiendo las enseñanzas de su papá. Pero recién a los 14 se animó a hacer el primer corte y sintió que la peluquería era su pasión. Es por eso que decidió hacer el secundario de noche para dedicarse a cortar el cabello durante el día. ’Después de hacer el Servicio Militar me fui a Mendoza e intenté trabajar en otros rubros, pero era como que algo me faltaba. Cuando trabajaba en un supermercado alguien me ofreció trabajar en su peluquería. Acepté y me di cuenta que era mi vocación’, dijo el peluquero.
En unas de sus visitas a San Juan para ver a la familia, el peluquero encontró a su padre enfermo y decidió quedarse para atenderle la peluquería. Así comenzó a formar una trayectoria que lo tuvo como uno de los profesionales que hizo brillar la peluquería local en otras provincias y países. Ganó un par de veces el Campeonato Argentino de Peluquería y hasta fue Subcampeón Sudamericano. ’Siempre me gustó participar en estos certámenes porque era la forma de exigirme y de perfeccionarme. El jurado te daba una hora justa para hacer el corte y el peinado y examinaban tu trabajo minuciosamente sin descuidar ni un detalle. Por eso sentía mucho orgullo cada vez que ganaba el primer premio’, dijo.
Para las competencias, el peluquero necesitaba un modelo para realizarle el corte y el peinado. Muchas veces carecía de un voluntario. ’Tenía que competir en Buenos Aires y me faltaba el modelo. Iba por el centro y vi a un chico con un cabello hermoso color ceniza y le pregunté si quería ser mi modelo. Me dijo que era de Bariloche, que andaba de mochilero y que se estaba por ir. Pero decidió quedarse cuando le ofrecí pagarle una pensión por dos semanas hasta el momento de viajar al certamen’, agregó.
En uno de esos viajes, y sin quererlo, Ricardo se convirtió en el inspirador de dos jóvenes que se convirtieron en estilistas reconocidos en la provincia. Se trata de Federico Cuenca y Fabián Flores, que fueron sus modelos en una competencia en Córdoba. ’Las mejores anécdotas las viví en esos viajes. Recuerdo que en uno de los campeonatos conocí a Mateo, que tenía su peluquería frente a ATC y que fue el inspirador de la Peluquería de Don Mateo, programa de Sofovich’, dijo.
