Diego Maradona, encargado de estimular anímicamente al plantel de Deportivo Riestra, tuvo ayer un debut auspicioso, tras la victoria sobre San Miguel por 2 a 1, como local, presenciada por unas dos mil personas, por la segunda fecha del torneo de la Primera D.

La tarea de Diego comenzó antenoche con una charla al plantel en la concentración, que se extendió hasta las 12 con anécdotas y consejos a los sorprendidos jugadores. Ayer, el astro llegó una hora antes del comienzo del partido en Villa Soldati y se ubicó, junto a su padre, y un grupo de acompañantes en un palco improvisado. Vivió el cotejo con el mismo énfasis que le pone todo a su vida. Gritó los goles a los saltos, pateó el alambrado, se quejó de algunos fallos arbitrales y explotó al final del cotejo. Y mientras ingresaba al campo de juego tras el 2-1, hasta se ufanó en el gol de Soto que él le había aconsejado pegarle en un tiro libre “al palo del arquero”.