En un momento, por tratar de salvar un pelotazo que venía rasante, el jugador con camiseta negra pegó de abajo, la paleta impactó en la mesa, se le escapó de las manos y terminó en la tribuna. Fue el climax de la presentación, y despedida, del jugador de Desamparados Coqui Chica como tenista de mesa. A esa altura, los amigos que habían ido a alentar a Coqui se revolcaban de la risa en las butacas de la tribuna Oeste del estadio. Así, con más que pena que gloria, Coqui Chica incursionó en el Grand Prix del Sol.
"Lo mío fue impresentable. Para colmo miraba a mis amigos, que me pedían que me retirara, que dejara de dar vergüenza, y no podía aguantar la risa. Pero bueno, quería probar, medirme", largó Coqui a pura carcajada. "Entré a la cancha y les dije a mis rivales: ‘Soy nuevo en esto, yo hago otro deporte’. Pero igual me pintaron la cara", contó Coqui, quien se recupera de una operación en la vista y por eso no entrena con el club.
Chica perdió en su zona por un triple 11-6 ante el barilochense Jorge González y por un lapidario triple 11-3 ante el tucumano Hugo Tula. "Me decidí a competir porque Pablo (Tabachnik) me inscribió como invitado. Yo juego mucho al tenis de mesa con mis amigos, me encanta. Pero una cosa es ser buen ‘piletero’ (tiene una mesa al lado de la pileta) y otra cosa jugar acá", dijo.
"Como mi cuerpo técnico (por los amigos) cada vez se sentaba más alto en la tribuna, por la vergüenza que daba, en un momento me acerqué al técnico de mi rival y le pedí consejos. Al menos quería aprender algo", contó sin parar de reirse el volante. "Di pena, es cierto, pero me di un gusto. Pasé un sábado diferente. No me lo olvido más", confesó.
