Un patrullero, una camioneta de la Policía Ecológica, un par de efectivos de la Motorizada, bomberos en una autobomba equipados con redes y mangueras. Desde afuera, la escena bien podría haber formado parte de un megaoperativo para atrapar a un delincuente peligroso. Pero no. Fue para intentar atrapar a un mono de poco más de 20 centímetros de largo que desde el domingo pasado anda por los árboles del barrio Natania XV, en Rivadavia. En vez de armas, los policías usaron bananas, manzanas, se subieron por las ramas, arrojaron agua y hasta los chicos que iban a la escuela se detuvieron para colaborar y lanzaron sus mochilas para que el animal se asustara y así poder atraparlo. Pero nada de esto fue efectivo y el mono gris siguió paseándose de una rama a otra.

A eso de las 11 de ayer, Juan Robles, vecino del Natania XV, volvió a divisar al mono al que ya habían intentado atrapar el domingo pasado, sin éxito. Entonces llamó a la Policía. Los efectivos llegaron al lugar y observaron la escena. A pesar de los primeros intentos de zamarrear las ramas, el mono siguió su rutina de caminar por los delgados cables y de ahí treparse por los árboles. Con el movimiento, los vecinos empezaron a salir de sus casas para ver qué pasaba. Hacia el mediodía, los chicos que iban a la escuela que está cerca de allí, empezaron a agolparse para observar el operativo. Pero cuando vieron que la Policía no podía atrapar al animal, ellos comenzaron a hacer sugerencias y a tirar las mochilas contra los árboles para ver si eso asustaba al mono.

Entre tanto, uno de los efectivos se trepó a un árbol pero el animal fue más rápido y se escapó. Otro policía, subió un palo largo con una manzana en el extremo, por entre las hojas para atraer al “fugitivo”. Hasta uno de los niños del vecindario se le ocurrió llevar un mono de peluche para ver si el muñeco servía de cebo.

La rapidez del animal era tal que en pocos segundos iba de una cuadra a otra. A su ritmo, la gente correteaba de esquina a esquina para no perderlo de vista. El griterío de los chicos se mezcló con las risas de otros vecinos. Cada uno tejió su propia estrategia para atraparlo: “hay que poner una trampa”. “Lo mejor es dejarlo que se vaya”. “Deberían buscar al dueño”. Lo cierto es que las andanzas de mono entre las ramas del barrio y el ingenio de la Policía para su rescate, sacó a los vecinos de la tranquilidad que suele haber en el lugar hacia el mediodía.

Con la cuadra intransitable por la cantidad de gente, casi a las 14 llegó el camión de Bomberos y le disparó un chorro de agua al animal, que siguió inmutable y lo único que se logró fue mojar a una que otra vecina. Mientras que otros bomberos desplegaron una red por si el mono de desprendía de las ramas. Todos los intentos fueron en vano y la Policía decidió abandonar el operativo cuando un vecino se ofreció a colocar un pedazo de manzana en un techo, por la noche y ahí esperar al mono para atraparlo.