Nunca imaginó que una visita al psicólogo bastaría para que, finalmente, se decidiera hacer lo que soñó desde chico: cantar. En 1996, con 46 años de edad y 25 ejerciendo la profesión de juez, comenzó a incursionar en la música, pero con un fin solidario. Se trata de Oscar Roberto Otiñano, presidente de la Sala Segunda de la Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial y Minería, que el próximo sábado presentará su primer material discográfico. La recaudación de las entradas las donará a la Fundación Manos Abiertas, a la Fundación Asistir y al Movimiento de Cursillo de Cristiandad.
El juez se definió como un hombre que toma su trabajo y hobbie con la misma pasión, seriedad y responsabilidad. También, capaz de separar perfectamente ambas actividades, sin que ninguna interfiera en la otra. Aunque algunos colegas suyos en el Poder Judicial lo llaman "Tito", haciendo referencia a su nombre artístico. "Uso de cabecera una frase de un filósofo que decía que los jueces deberían parecerse más a los artistas para aprender a llegar con su mensaje de Justicia a la gente. Me parece que ésto debe ser así, sobre todo porque en esta profesión se va perdiendo la sensibilidad sin querer. Indudablemente, el canto me está ayudando a comunicarme mejor y, sobre todo, a dejar de lado el estrés del que muchos jueces somos víctimas", comentó Oscar Otiñano.
El magistrado contó que a los 4 años ingresó a un conservatorio de música para aprender a tocar el piano, la guitarra y el acordeón. Allí estuvo tres años y hasta que comenzó con la escuela de doble jornada que lo dejó sin tiempo para el arte, pero que no logró malograr su sueño de ser cantante. Ya en la secundaria, junto a algunos de sus compañeros de la Escuela Normal de Caucete, formó el grupo musical Siete y Medio al que contrataban para tocar en las pistas bailables del departamento o para dar serenatas a las cauceteras solteras. Pero su vida artística volvió a truncarse por falta de tiempo. Ingresó a la universidad para cursar Abogacía, trabajando paralelamente para pagarse los estudios.
"En esa época la música pasó a segundo plano, aunque nos juntábamos en la casa de algún compañero a cantar como diversión. Después me recibí, entré a trabajar en el Poder Judicial, me convertí en juez y se fue alejando más la posibilidad de concretar mi sueño. Hasta que, por un pico de estrés, el psicólogo me recomendó que hiciera algo que me gustara mucho para usarlo como cable a tierra. Entonces decidí hacerme un tiempo para cantar. Así nació la banda con la que ya hemos tocado hasta en Mar del Plata, pero recién ahora vamos a lanzar nuestro primer trabajo discográfico".
Otiñano contó que este trabajo, que incluye más de 120 temas de folclore, tango y pop latino, será presentado el próximo sábado en el Auditorio Juan Victoria a partir de las 21:30. También adelantó que la entrada costará 25 pesos y que, como sucedió con la recaudación de cada uno de sus show anteriores, será donada a instituciones solidarias. "Ninguno de los que integra esta banda lo hace con fines comerciales, sino por verdadero amor a la música", sostuvo el juez.
