No hacía falta que sufriera tanto. Es más, todo dependió del propio Trinidad pero lamentablemente volvió a repetir la historia del partido debut del domingo pasado cuando arrancó matando, se quedó y después tuvo que aguantar todo para poder festejar su primera victoria en la temporada del Argentino B venciendo por 2-1 a Gimnasia y Esgrima de Mendoza.
El arranque fue calcadito al del debut para Trinidad. A los 2\’ en una llegada al fondo, Germán Gigena fue derribado en el área de Gimnasia y el arbitro sancionó penal. Asi, a los 3\’, Victorio Martiní puso en ventaja y parecía que el estreno ante su gente iba a terminar con floreo para Trinidad porque en esos primeros 15 minutos de partido, además del gol, el León llegó clarito y casi duplica su ventaja. Una vez con Muñoz, otra con Martiní. Pero no convirtió.. Gimnasia quiso sacudirse y equivocó reacción con mala intención y ayudado por el flojito arbitraje, pegó demasiado. Así y todo, llegó con dos pelotazos que Sosa resolvió con categoría.
Trinidad hacía mejor las cosas y tuvo premio cuando volvió a despertarse cuando Mauro Burgo, casi de rebote, quedó mano a mano con Astrada y definió muy bien para poner el 2-0 parcial que parecía definir todo.
Pero no fue así porque en el complemento, Trinidad no fue el mismo. Se quedó, permitió que lo presionaran y casi lo paga caro porque Gimnasia, con 10 por la expulsión de Villaseca, lo puso contra las cuerdas. Más, cuando a los 30\’ Fernández descontó y llenó de suspenso la fría noche en El Templo. Con uno más, Trinidad no supo hacer lo mejor que sabe que es cuidar la pelota. La dividió y sufrió. Sin necesidad porque jugando, este Trinidad está por encima de varios.
