Se entiende por liderazgo, al proceso de influir en otros y apoyarlos para que trabajen con entusiasmo en el logro de objetivos comunes. Es un término muy usado en el ámbito empresarial, pasando por el deportivo, político y hasta familiar. Se han escrito muchos libros sobre este tema, además de técnicas de motivación y dirección de grupos, pero ¿qué es lo que convierte a una persona en líder? ¿Cómo se puede desarrollar ese potencial para liderar grupos de forma efectiva? Entre las personalidades sanjuaninas más destacadas para hablar de este tema, están Juan José Chica y José "Pepe" Villa. Ambos son dirigentes de amplia experiencia al frente de diversas instituciones vinculadas al deporte, el sindicalismo y la política. Se destacaron y aún lo hacen en estos ámbitos. Sí, los dos hombres tienen trayectorias extensas a lo largo de sus vidas en la que sumaron logros de forma permanente. Ambos fueron presidentes del Club Atlético San Martín, diputados provinciales y nacionales. En la actualidad, Chica es presidente de la Asociación Ciclista Sanjuanina, secretario general del Sindicato de Luz y Fuerza y subsecretario de Deportes del Gobierno provincial; mientras que Villa es titular del sindicato UPCN, está al frente del equipo de vóley que tiene el mismo nombre y es diputado nacional.
Los dos hombres dialogaron con Revista ¡OH! para dar su visión personal sobre un tema neurálgico en la sociedad actual.
Juan José Chica
"El líder debe escuchar las voces de todos"
– El querer hacer cosas. Es proponer una idea, acordar con las demás personas y tener pautas claras, es decir, este es el camino, esto es lo que hay que respetar. Lo importante es que todos tengan la oportunidad de hablar, de expresarse, de opinar. El líder debe escuchar las voces de todos. Participar en pos del objetivo. En todas las actividades se debe trabajar en equipo. Lo hice en el fútbol, por ejemplo San Martín, en el sindicato, en la misma Cámara de Diputados, donde armé un equipo para hacer proyectos. De esa forma, los miembros del grupo se forman también como futuros líderes. Querer hacer es lo que convierte a una persona en líder.
En toda tarea he tenido un equipo de trabajo. Porque siempre hay que escuchar a los demás. Un líder tiene que dejar que el resto opine, si no te quedás solo. Uno, en el fragor de las cosas, de las tareas diarias puede cometer errores, por eso todos los miembros del equipo tienen que sentirse partícipes del objetivo a lograr.
Seguro. Uno es el que debe trabajar más y mostrar con el trabajo el ejemplo. Promover una relación de participación, ser humildes, tratar de no pelearse con nadie, por más que el adversario sea poderoso. No enredarse sentimentalmente con otras personas que trabajen en el grupo. Eso nunca o casi nunca termina bien.
– Un líder tiene que darle a la gente definiciones positivas. El mañana puede ser mejor que hoy. El mañana es un sentimiento de que todo puede ser mejor. Hay que tener esperanzas porque es un motivo para poder hacer. Por eso hay que trabajar, para lograr el objetivo trazado.
El líder tiene que saber delegar responsabilidades a otro. Por ese debe conocer las cualidades que tiene cada integrante del grupo, para poder darle una responsabilidad específica.
– En cada ámbito es distinto. Por dar un ejemplo, en San Martín, tenía personas de confianza que manejaban el dinero, porque eran recursos ajenos, no eran de uno. Se tiene que tener una transparencia para manejar los recursos económicos.
Un líder se da cuenta de las cualidades de los miembros del grupo. Cada uno tiene distintas responsabilidades en pos del objetivo y con determinados tiempos de trabajo, Algunos serán full time, otros medio tiempo.
Como líder yo me preparaba estudiando todos los detalles y no dejaba nada librado al azar. Esto para tratarlo en comisión directiva y de esa forma poder brindarles detalles y mostrarles de que con la realidad en la mano, se puede hacer un proyecto viable. Todos los proyectos que le presentaba al equipo de trabajo eran posibles de llevar cabo, por eso hacía partícipe del mismo al grupo para llegar al objetivo.
– Vos tenés que hacerle sentir a la gente que sos uno más de ellos y esforzarte más. Cuando más líder es alguien, más humilde hay que ser. Uno nunca tiene que creérsela. Siempre, a mayor responsabilidad, más humildad. Por eso hay que encomendarse en las manos de Dios, porque uno no es perfecto.
Creo que en todos lados donde estuvimos dejamos a las instituciones en buen estado económico, después de tomarlas en estado caótico. Lo importante es hacer cosas y dejar superávit.
– El líder debe dejar una impronta, tener orden, disciplina y dejar participar. Las condiciones de un líder por lo general son innatas, pero también debe confiar en la capacidad de los miembros del grupo de trabajo.
– El positivo es el que es participativo, que dialoga y escucha las opiniones de todos. El negativo es el egoísta, autosuficiente y no sirve. No permite el desarrollo de los demás el "yo yo" famoso.
– Yo ya estoy en retirada por mi edad. Pero creo que el líder es aquel que insiste, que va para adelante. Te cuento una anécdota. Nunca me voy a olvidar de 1994, cuando San Martín perdió con Guaraní Antonio Franco, de Misiones y por los parlantes del estadio, después de un rato de haber terminado el partido, pusieron la canción de Alejandro Lerner, "Volver a empezar". Ese tema me marcó a fuego en un momento muy duro. Yo venía con la cabeza gacha pasando por la mitad de la cancha. Eso sirvió e inspiró para agarrar fuerzas para el otro año en que el equipo logró el ascenso gracias al trabajo de todos.
– Que tengan sueños, que son posibles de realizar. Que es posible superarse.
José Antonio Villa / UPCN
"Un proceso de persuasión capaz de inducir objetivos"
– En líneas generales creo que alguien se convierte en líder cuando se combinan dos factores. El primer factor es el conjunto de ciertas cualidades personales que las resumo así: claridad en el diagnóstico, capacidad de anticipación, firmeza en la decisión y, por ultimo, un estado de presencia.
El segundo factor tiene que ver con escenarios y situaciones. El líder elige y condiciona el lugar en donde ejerce el liderazgo, pero también es flexible en sus tácticas ante los cambios que ocurren. En definitiva, comprender la situación resulta clave para su puesta a prueba. A fin de cuentas creo que si el liderazgo no se debe a un factor genético ("se nace líder"), ni a un patrimonio transmitido ("el liderazgo se hereda") es evidente que sus cualidades han de ceder un lugar preponderante a la "situación" ("el liderazgo se hace"). Lo que surge en los liderazgos resulta entonces un proceso de persuasión capaz de inducir objetivos.
– Muy simple de entender, el potencial se desarrolla solamente liderando. La potencia vale solamente como acto. En realidad tal vez todos los hombres sean líderes en potencia pero no todos son líderes en acto. Siempre tendrá sentido el consejo de Perón. ‘Cada cual lleva el bastón de mariscal en la mochila’ aunque, por supuesto, Napoleón hubo uno solo.
La pregunta es interesante porque permite aclarar más todavía la cuestión del liderazgo y la organización. Por lo pronto debemos tener claro que el liderazgo de cualquier organización es lo que da origen a la conducción política. Siempre me he preocupado de conducir una organización y no un puñado de amigos y simpatizantes.
Pues bien, por ejemplo, UPCN de San Juan tiene un programa estratégico que corresponde a la función de un sindicato. Sin duda, salarios y condiciones de trabajo, por ejemplo, son temas permanentes de la actividad sindical. Sin embargo, nuestro propio crecimiento creó las condiciones para el desarrollo de programas culturales, deportivos, de capacitación, etc…
En la actividad deportiva del vóley, esta fue también una puesta a prueba de nuestra organización. Incluso las demandas y necesidades de nuestros afiliados, en este caso un pequeño grupo interesó a UPCN seccional San Juan en la organización y promoción de este deporte. Fueron tomadas por mi conducción bajo la forma de un programa con sus propias actividades orgánicas.
El caso del vóley llegó a un punto de crecimiento tan alto que decidimos mantener separadamente el equipo y su estructura (director técnico, jugadores, asistentes, prensa especializada y dirigentes asignados), de los otros programas sindicales tanto económica como funcionalmente. Los logros conseguidos son un poderoso estímulo y actualmente hemos relevado aproximadamente cuatrocientos niños interesados en el vóley. Fíjese que el partido jugado en Belo Horizonte (Brasil) según las cadenas deportivas internacionales, me dijeron, lo vieron unas 20 millones de personas.
Analizando esta experiencia del vóley con el doctor Fernández Pardo, un asesor de la conducción y amigo personal, confirmamos que la importancia del liderazgo se mide según la probabilidad que tiene para estructurar su rol y el de sus seguidores en procura de alcanzar determinadas metas.
– Aunque el líder no se lo proponga, sus actitudes, decisiones y respuestas tienen un efecto formativo. El líder es el único maestro del liderazgo en el campo donde lo ejerce. Simplemente sabe porque hace. Nadie se convierte en un líder a través de un curso de liderazgo. No quiero abundar en detalles, pero no existe absolutamente ningún ejemplo en la historia que desmienta aquella certeza. Claro que el ejemplo proviene del líder a través de los actos que implican ejercer una conducción.
La consideración de un líder creo que descansa en la confianza mutua, en el respeto por las ideas de los subordinados y en el hecho de tomar en cuenta sus sentimientos. El liderazgo plantea los problemas, propone su discusión y análisis en función de la organización y finalmente decide. Nosotros deliberamos antes de decidir, no discutimos después de tomar la decisión.
– El único ejemplo válido que el líder, ante todo, tiene que mostrar al resto tiene mucho que ver con las decisiones que toma. La proposición, tan célebre por otra parte de que un líder debe anticiparse a lo que va a ocurrir y llegado el caso, explicar por que no ocurrió sigue siendo válida.
– Mi experiencia me enseña, y cada día lo confirmo, que las tareas y responsabilidades tienen que combinarse con las características de la personalidad de quienes se hacen cargo. Todos los hombres poseen vicios y virtudes, limitaciones y talentos y solamente la organización consigue ponerlos al servicio de un objetivo.
– Un líder asume, no delega, decide, no opina. Un líder puede delegar cualquier responsabilidad menos la de ejercer la conducción. Tenemos que considerar el liderazgo dentro de una organización y lo que se llaman responsabilidades resulta más claro entenderlas como funciones. Tenemos que pensar orgánicamente. La responsabilidad del liderazgo no es delegable por que el líder es la última instancia de la decisión y el arbitraje.
– Cualquier organización tiene un diseño de tareas y funciones y estas comprenden la responsabilidad de cada dirigente. Siempre he fomentado un clima de colaboración aunque existen condiciones personales competitivas que obran como motivación para que el dirigente cualquiera sea su función gane prestigio y reconocimiento de sus pares Pero sobre todo en la masa de afiliados que por otra parte sostienen y alientan, critican o discuten los problemas con los dirigentes Yo siempre les pido visibilidad. El dirigente y en esto incluyo a la conducción siempre tienen que estar disponibles.
– Esta pregunta se presta para cierta confusión. Estamos hablando del liderazgo. No estamos hablando de sus fines. Depende de los hombres, los objetivos y las situaciones. ¿En términos de adhesión conseguida, mantenimientos de su conducción y alcance de las metas decididas podríamos decir que en un sentido técnico el liderazgo sería positivo si lo consigue y negativo si fracasa?
– Una organización, porque ésta "siempre vence al tiempo". Quizás, usted haya inspirado esta pregunta en viejas teorías, que datan de los años 1960, que distinguían entre un "liderazgo democrático" y un "liderazgo autoritario", al que llamaría positivo y negativo. El verdadero liderazgo siempre es democrático como representación y vertical por autoridad. No entiendo de otro modo la pregunta.
– El primer consejo es que ellos hagan su propia experiencia, porque la mía personal no se puede repetir. Sí, en cambio, les diría que el liderazgo vive de la lealtad y este, el principal valor que en los momentos más difíciles mantiene a una organización.
La lealtad es objetiva porque se demuestra en acciones y nadie puede invocar la lealtad como un sentimiento interior y hacer lo que le venga en gana. De allí, entonces, la necesidad de cuidar a la conducción y no llevarla a enfrentar problemas secundarios o, mejor aún, problemas puramente tácticos.
En la vida diaria vemos a los más jóvenes reconocer a sus líderes, depositar su confianza en ellos y la amistad es la primera escuela de la lealtad. Por eso Perón recomendaba a los jóvenes peronistas en 1970 que formaran una ‘generación de amigos’.
Los que quieren ser líderes en cualquier actividad deben cumplir criterios que son válidos en cualquiera de ellas. Hemos visto cuáles son los criterios que deben tenerse en cuenta. Ya sea el deporte o la actividad empresaria las reglas operativas son las mismas.
