Isidro y su familia habían comprado el lote, donde construyó su vivienda, a una mujer que según ellos sospechan los engañó, ya que ahora suponen que no era la dueña del terreno. La Justicia determinó anteayer que las familias que habían construido casas en el terreno tenían que ser desalojadas. La mayoría de ellas, todas humildes, afirmaron que fueron compradoras de buena fe. Por la otra parte, Carlos Berreta, uno de los condóminos de la propiedad de 13 hectáreas, dijo que para ese lugar existe un proyecto privado a construirse con calles internas y que los verdaderos propietarios nunca lotearon el sector. A la mujer que vendió los terrenos ninguna de las personas afectadas le ha iniciado juicio aún.