Unos 6.000 católicos y evangélicos colmaron ayer de oraciones, alabanzas y música el estadio Luna Park, en el marco de un evento ecuménico para exteriorizar la unidad de los cristianos que contó con las meditaciones del predicador del Papa, sacerdote Rainiero Cantalamessa.

Canciones con ritmos pegadizos y bailes para manifestar la fe cristiana, caracterizaron el sexto encuentro fraterno organizado por la Comunión Renovada de Evangélicos y Católicos en el Espíritu Santo (CRECES) con el lema ‘El evangelio poder de Dios‘.

La expresión religiosa tuvo, además, un gesto solidario fuerte al destinar la recaudación de la colecta de esta jornada a los ‘hermanos‘ del hospital psiquiátrico porteño José Tiburcio Borda. Cantalamessa predicó dos veces ante una tribuna con muchos jóvenes, que respondía sus reflexiones con aplausos, gritos y oraciones. Aseguró que “si todas las biblias desaparecieran y quedara sólo una línea para leer, sería: “Dios es amor””.

Uno de los momentos culminantes fue cuando Cantalamessa hizo rezar al Luna Park el Magníficat, un canto de alabanza a la Virgen María, el único que comparten católicos y evangélicos a quien es considerada la madre de Jesús. También predicó el cardenal Jorge Bergoglio.