Tenía 5 años cuando su mamá falleció y a los 8 tuvo que dejar la escuela primaria para ayudar a su padre, como el tercero de 5 hermanos. Después de colgar el guardapolvos y salir a caminar la calle, Juan José Avila aprendió el oficio de lustrabotas y con un cajón de madera que le construyó su papá, a pura franela, colaboró en sacar adelante la casa. Pero el sacrificio valió la pena para el humilde trabajador callejero, porque el destino le cumplió un sueño: lo transformó en "El Cáscara’, uno de los personajes de la escena musical sanjuanina que, el próximo domingo 4 de agosto, celebrará sus 3 décadas con una peña en Manolo (ver aparte).

"No me arrepiento de la vida que tuve, siempre pude hacer lo que quise, la gente me conoce y me quiere. Con la animación recorrí muchos escenarios ¿Cómo aprendí?, escuchando a Jorge Darío Bence y al fallecido Beto Martín, mis dos maestros’; recuerda el hombre en cuya mirada, todavía se refleja el dolor que atravesó a su familia: el mortal accidente de su hermano Carlitos de 14 años y la pérdida de su madre, 9 meses después y con sólo 48 años, dejando solitos a José y sus hermanas: Antonia de 10 (que vive en Buenos Aires con su esposo), Rosita de 7 y Elba de 4.

Hijo de un cordobés y un catamarqueño que se establecieron en la provincia, después del terremoto que asoló la ciudad en 1944, José se crió en la Villa San Damián (Rawson). Para "dar una mano’ después de que su madre partió "porque, según me contó papá, ella no pudo superar la ida de mi hermano mayor’, lustró zapatos durante 18 años, aunque también fue verdulero y canillita hasta que lo emplearon en el área de mantenimiento del municipio de Rawson.

"Yo luché mucho en la calle, comía cuando pillaba y nos calentábamos poniendo leña al fuego, no había comodidades como las de hoy en día y tenía que caminar cuadras y cuadras con mis alpargatas gastadas’, reflexiona el conductor que descubrió su vocación casi de casualidad.

Fue en un casamiento al que asistió como invitado, "como faltó el conductor de la fiesta, yo me animé a tomar el micrófono y me gustó. Ahí empecé, fue en el 80′, evoca a sus 58 años, este padre de 2 hijos (Noelia y José Daniel) que le dieron 3 nietos (Iván, Joaquín y Rocío).

Así, "sin querer la cosa’, empezó a animar las presentaciones de figuras de la época del ambiente tropical, como fueron "El Poderoso’ Carrizo, quien le puso el apodo tras conocer a un animador que se llamaba así, en Mogna; "El Negro’ Soni y La Máquina de Charly liderada por Germán Ríos, banda con la que giró hasta La Rioja y Santiago del Estero.

Sin embargo, tirado por sus raíces, abadonó la música cuartetera y se inclinó por el folclore. "Me encontré más cómodo, era la música que escuchaba cantar a mi viejo, él era el cantor y el poeta de la familia’, relata llamando a la puerta de su memoria, postales que ya creía olvidadas.

Humor, aros, recitados. Todo eso y más son las herramientas de las que se vale "El Cáscara’ para presentar a grupos y solistas de la provincia en clubes, noches peñeras y hace 20 años abre los shows de Manolo.

Con la mirada oscura…cristalina, su cabello plateado y un caminar que deja huella del paso del tiempo; José dice que si naciera nuevamente "volvería a vivir tal como lo hizo’ porque: "Cuando subo a escena me siento feliz, desde hace 30 años, disfruto mucho.

La vida me premió al darme la suerte de hacer lo que me gusta’. Y exclama entre risas: "Hay Cáscara para rato!’