Fue durante un mano a mano entre adictos de la comunidad evangélica Beraca y el arzobispo de San Juan, quien por primera vez visitó esa comunidad.
‘Yo buscaba la droga para anestesiar el dolor que tenía adentro. Pero viste como es esto, creo que Dios a uno le tiene preparado un camino y yo estoy dispuesto a seguirlo’, le contaba Nelson a monseñor, casi como si fuera una confesión, pero sin que hubiera un confesionario. ‘La espiritualidad es muy importante en estos tratamientos porque complementa la recuperación física y mental. Vos podés ser un soporte para otros que están pasando lo mismo’, conversaba Delgado.
El arzobispo aceptó una invitación de la comunidad evangélica Beraca y ayer la concretó. Los adictos en recuperación y sus líderes le mostraron la chacra en la que crían animales y tienen plantaciones para conseguir el autosustento. ‘Realmente estoy fascinado con esta obra. Yo ya sabía de su existencia por charlas que tuve con el pastor González (quien dirige el lugar), pero verla desde adentro me genera un tipo de vínculo especial’, los elogió Delgado.
