Buenos Aires, 27 de enero.-

"Cuando conquistamos posiciones del ejército, además de armas y equipo, capturamos las provisiones de yerba de la oficialidad alauita", confiesa un combatiente de 25 años que integra las filas del Ejército Libre Sirio (ELS).

En diálogo con el diario La Nación, Mahmoud relata uno de los fenómenos que más sorprenden a los argentinos que viven la guerra en Siria desde una pantalla de televisión. El mate es la bebida favorita de los rebeldes y se ha convertido en en verdadero botín.

Luego de luchar horas, los soldados descansan en sus campamentos. Se reúnen en lugares con sillones viejos y sucios para emprender el ritual de lo que podría llamarse la "merienda": en unos vasos pequeños sirve café. En otros, apenas más grandes, té. Y en los mayores, de vidrio, con asa y bombilla, yerba mate.

¿El origen de la costumbre? claro está, fue una de las importaciones que realizaron los hijos de ciudadanos sirios que vivieron en la Argentina hasta que explotó la crisis de 2001 y decidieron que lo mejor era volver a la tierra natal.