Una pericia caligráfica y al menos dos testigos (ambos profesionales de la medicina) complican al médico Oscar Jorge Flores (54) en un caso gravísimo: su presunta autoría en el aborto seguido de muerte de Ana Lencina (33) ocurrida el pasado 30 de setiembre, dijeron fuentes de la investigación. El médico sospechado está preso desde el pasado 6 de octubre, porque en la casa que alquila hace 9 años en la calle Estrada, en Trinidad, Capital, sorprendieron a una joven de 24 años (madre de cuatro chicos) con sangre en sus genitales y apósitos. El día que allanaron, también hallaron restos -de placenta, según un médico- que supusieron eran del aborto que terminaba de hacerle a esa joven.

Por este último caso Flores se abstuvo de declarar, igual que dos mujeres detenidas que son señaladas como sus empleadas y partícipes de maniobras abortivas: Fabiana Díaz y Laura Sánchez. Quien sí declaró fue Sandra Britos y negó de plano haberse hecho un aborto en la casa del médico. Es más, dijo que el día que la detuvieron policías de la seccional 2da. por orden de la juez María Inés Rosselot, había llegado para atenderse de una hemorragia.

La detención de Flores por el supuesto aborto realizado a Britos motorizó enseguida el caso de Ana Lencina, la mujer de 33 años y madre de tres hijos que trabajaba en una empresa calera en El Villicum, Ullum, y que perdió la vida el 30 de setiembre a causa de un grave cuadro infeccioso por un legrado.

Las sospechas apuntaron a Flores porque tras su muerte, el juez José Atenágoras Vega ordenó un allanamiento en su lugar de trabajo y de ahí secuestraron dos certificados supuestamente firmados por Flores, para justificar la ausencia de la mujer en su trabajo durante el tiempo que estuvo internada en el Sanatorio Mayo y luego en el Centro de Cuidados Intensivos (CCI), donde finalmente perdió la vida.

Según fuentes del caso, una pericia caligráfica ya concluyó que Flores está estrechamente ligado a la confección de esos certificados. Y no es todo: además -según las fuentes- al menos dos médicos que atendieron a Lencina aseguraron que la mujer, antes de morir, les señaló a Flores como autor de la práctica abortiva.

El delito de aborto tiene penas que van de 1 a 4 años de cárcel y la escala se eleva en su máximo a 6 años cuando resulta la muerte de la mujer. Además, en el caso de los médicos, se aplica el doble de inhabilitación para ejercer su profesión. En todos los casos, el delito permite la excarcelación.

El abogado de Flores, Ismael Hidalgo, dijo más de una vez que su cliente es inocente porque no hay pruebas para tenerlo como sospechoso y mucho menos preso, por lo cual espera que sea excarcelado.

En los próximos días, Flores irá al Cuarto Juzgado de Instrucción para empezar a defenderse del caso más grave que pesa en su contra.