* Qué es:

El contrato de futuros es un acuerdo entre dos partes para comprar o vender un activo en un momento futuro determinado, a un precio prefijado. A través de este contrato las partes se obligan a realizar la operación pactada al finalizar el plazo. En la práctica, un porcentaje muy pequeño llega al vencimiento, ya que antes de ese fecha se puede extinguir el negocio.

* Para qué:

El objetivo básico es ofrecer un mecanismo eficiente de protección de precios para personas o empresas expuestas a fluctuaciones adversas de precios. En términos simples, los mercados de futuros hacen posible la transferencia de riesgos, que en su ausencia deberían asumir los propios agentes económicos. Tambien se los utiliza para obtener fondos o rendimientos.

* Quiénes lo usan:

Las personas o empresas que participan pueden dividirse en dos categorías: a) Hedgers: Son los agentes que desean protegerse de los riesgos derivados de eventuales fluctuaciones en los precios. b) Inversionistas en general: Son agentes que están dispuestos a asumir el riesgo de la variabilidad en los precios, motivados por las expectativas de realizar una ganancia de capital.

* Otros usos:

Adicionalmente, debido a su naturaleza, las cotizaciones de los futuros reflejan los niveles de precios esperados para los próximos meses de los distintos activos, lo que otorga una muy buena información para la toma de decisiones de los agentes económicos y constituye una importante contribución a las proyecciones económicas y a la planificación financiera, tanto del sector público como del privado.