Despertando miedo en la población, dos nuevos terremotos de magnitud 5,4 y 5,9 sacudieron ayer el centro de Italia y causaron al menos un herido, dos meses después del sismo que dejó 297 muertos también en esta zona.
Los temblores, que no dejaron muertos, se produjeron con dos horas de diferencia, causando el colapso de varios edificios antiguos, incluyendo algunas iglesias rurales históricas que estaban vacías en ese momento.
Más de tres horas después del primer sismo, el jefe del Protección Civil, Fabrizio Curcio, dijo que sólo una persona resultó levemente herida.
El primer terremoto tuvo lugar a las 19.11 horas locales (14.11 de Argentina) en una zona próxima a Castelsantangelo sul Nera, un municipio de unos 300 habitantes, ubicado en la provincia de Macerata, en la Región de las Marcas.
El primer epicentro estuvo entre las provincias de Macerata, Perugia y Ascoli Piceno, a 10 kilómetros de Norcia y 22 de Accumoli, dos de las localidades más golpeadas por el sismo que en agosto último dejó casi 300 muertos.
Posteriormente, a las 21.18 horas locales se produjo una segunda sacudida de magnitud 5,9. Con 10 kilómetros de profundidad, este nuevo sismo registró un epicentro a pocos kilómetros de la localidad de Ussita, también en Macerata, próxima a los municipios de Visso y Castelsantangelo sul Nera.
Varios salieron a las calles temerosos y muchos decidieron pasar la noche dentro de sus automóviles.
El 24 de agosto pasado, un sismo de 6 grados en la escala Richter provocó casi 300 muertos en la región central del país, especialmente en las localidades de Amatrice y Arquata del Tronto.
Todo indicaba que el daño de ayer no se asemejaba al causado por el terremoto de magnitud 6,2 que afectó Las Marcas, Lazio y Umbria el 24 de agosto, dejando cerca de 300 muertos.
En Ussita, a 130 kilómetros de la capital y la localidad más cercana al epicentro del segundo sismo de ayer, la situación resultó ‘apocalíptica‘, según reconoció el alcalde Marco Rinaldi. ‘El último sismo fue terrible, largo y de una violencia inaudita. Cayeron paredes de algunas casas y la fachada de una Iglesia. Fue el terremoto más grande de mi vida, una cosa inaudita, terrible. Es una situación apocalíptica‘, agregó el jefe comunal a la prensa.
La gente en los pueblos afectados abandonó sus casas gritando mientras algunas viviendas se derrumbaban.
Las escenas terribles eran fantasmagóricas por la falta de luz. Miles de personas se refugiaron en sus automóviles.
Miles de romanos salieron a las calles temerosos de que se registraran nuevos sismos y muchos decidieron pasar la noche dentro de sus automóviles. La vía Salaria, uno de los históricos caminos que llevan a Roma, quedó cortada en varias partes en la zona debido a enormes masas de piedra que cayeron sobre la ruta.
Imágenes de video mostraban nubes de polvo por el colapso de partes de edificios en algunas localidades. Enormes rocas, algunas del tamaño de automóviles, cayeron sobre la principal carretera del valle del río Nera que comunica a pueblos de las montañas.
Ambos sismos se sintieron hasta en la periferia de Nápoles, más de 250 kilómetros al sur del epicentro. En Roma cayó mampostería de algunos edificios. En la capital italiana fue evacuado el gran edificio blanco rectangular de la Farnesina, el ministerio de Relaciones Exteriores italiano.
La histórica iglesia rural del Siglo XV en San Salvatore in Campo, en la región de Umbria, colapsó y la mayoría de las precarias estructuras en Amatrice, el pueblo más afectado por el temblor de agosto, resultaron dañadas.
Como consecuencia de los movimientos, en la zona cercana al Vaticano algunas personas decidieron salir a la calle como prevención por posibles réplicas.
Tras el primer sismo de ayer el presidente del Consejo de Ministros, Matteo Renzi, regresó a la capital desde Campania y se mantiene en comunicación por posibles operaciones de rescate con el ministro del Interior, Angelino Alfano, y con el jefe de la Protección Civil Nacional, Fabrizio Curcio. Este último informó que ‘las condiciones climáticas son difíciles‘ para la tarea de la Protección Civil por las lluvias. Télam, Efe y Reuters
