Ambiente para jóvenes o adultos, relajado o deportivo, exclusivo o popular, son algunas de las variantes que ofrecen las playas de Mar del Plata al turista, quien para encontrar el lugar acorde a su gusto no tiene más que hacer un recorrido por los balnearios de la zona céntrica.

La gente le da el estilo al lugar, pero es el lugar el que atrae a determinado tipo de gente, ya sea por su ubicación geográfica, propuestas del balneario, precios y también sus condiciones naturales, como viento, olas y profundidad del mar.

La Perla: un recorrido desde el Norte puede comenzar en el Complejo La Perla, considerada por los locales como las playas de los marplatenses, con un estilo familiar y tranquilo, donde las primeras presencias humanas de la mañana son los limpiadores de la costa.

Luego, según el mozo de un restorán ubicado entre el mar y el bulevar marítimo Patricio Peralta Ramos, ‘llegan las parejas jóvenes con sus bebés, a eso de las ocho y media o nueve y se quedan hasta cerca de las once, no más, y se los llevan porque el Sol se pone fuerte para el mediodía‘.

Gabriel comentó que también desde temprano se ven deportistas, solitarios o en grupos, que corren por el borde de La playa, ‘aunque esto no es sólo acá, se da en todas las playas porque les gusta ir de punta a punta de la ciudad, y tienen unos cuantos kilómetros -añade con orgullo- y se los ve a cualquier hora, pero más por la mañana y la tardecita‘.

La Perla es una de las preferidas por gente mayor y de Mar del Plata, aunque en estos días este público merma debido a la llegada de turistas que invaden todos los balnearios.

Popular, Bristol y Punta Iglesias: Más al sur y después de Punta Iglesias, en la zona neurálgica del turismo, están las playas Popular, Bristol y Punta Iglesias, que desde temprano son un hervidero de visitantes, en especial primerizos y ‘gasoleros‘ que llegan con sus lonas, equipos de mate, bebidas y viandas, y si pueden evitan alquilar carpas y acampan junto a las piedras o el murallón. Un bañista local se quejaba por el descuido de estos turistas, en cuanto a higiene y prolijidad, en esos balnearios ubicados detrás del Casino y del Teatro Auditorium, en la rambla donde están las famosas esculturas de leones marinos que fueron motivo fotográfico de generaciones de visitantes. Es también un sector de gran actividad comercial, tanto en los locales al otro lado del bulevar como en las propuestas de excursiones y paseos de artesanos y vendedores sobre el mar, lo que se prolonga en la noche con las funciones teatrales.

Aunque para trasnochar frente al mar el lugar indicado es el Torreón o Punta Piedras, ya que allí se encuentra el único boliche de la rambla que está abierto las 24 horas, algo que sólo se repite en algunas de las llamadas ‘playas del Sur‘, pero fuera de la zona céntrica.

Playa Varese: la caminata rumbo al Sur lleva luego a una bahía cerrada por dos escolleras en La que se encuentra Playa Varese, donde el ambiente es mayormente de jóvenes. ‘La mayoría viene después del mediodía, porque se acuestan al amanecer después de bolichear en (las calles) Alem o Irigoyen‘, comentó Matías, encargado de un bar con sombrillas sobre un balneario del lugar. Divertido, agregó que ‘a veces, a la mañana encontramos muchachos durmiendo en la arena, entre las sillas apiladas o las carpas, y algunos cuando se despiertan se van a dormir pero otros se quedan acá tomando algo‘.

Varese está al pie de un alto barranco con un césped prolijo y reluciente, sobre el cual corre el Paseo Jesús de Galíndez, desde donde hay una vista panorámica privilegiada del mar y del que los bañistas bajan por escalinatas y rampas en zigzag. En esta playa los precios son más altos y mayores las comodidades para los visitantes, en especial en servicios de playa y lo gastronómico, algo que aumenta rumbo a Playa Grande.

Playa Chica y Playa Grande: En la continuación del bulevar Peralta Ramos está Playa Chica, con sus grandes piedras amontonadas y siempre humedecidas por el romper de las olas, que tampoco es un lugar de baño pero si de solarium, y se ha convertido en un virtual espacio gay de la costa marplatense.

Desde allí el camino tiene un descenso pronunciado que conduce a Playa Grande, contra la escollera norte del puerto y una de las más exclusivas y caras, cercana al barrio Los Troncos y el Club de Golf, donde es casi obligatorio pagar los servicios de un balneario para acceder a la playa. El mar es más abierto y ventoso en esta zona, por lo que muchos practican windsurf y también se pueden ver los veleros que ingresan al puerto, lo mismo que barcos de excursiones que pasan cerca de la costa. Fuente (Télam)