Hipótesis I: el homicida pudo llevar engañada a la víctima en moto hasta una zona rural y casi despoblada de Caucete (La Puntilla, casi San Martín), pero algo pasó en el camino que aceleró sus planes y entonces se vio obligado a ejecutarlo en plena tarde y a unos 50 metros de una casa vecina: le dio al menos seis tiros con arma calibre 32 (el letal penetró por la espalda y atravesó el corazón) y luego le prendió fuego al costado de calle La Plata.
Hipótesis II: Por fortuna para el homicida o quizá porque buscó ese efecto, el fuego destruyó una billetera (quizá con papeles personales) y partes claves del cuerpo para identificarlo, como el rostro y las huellas digitales. Y entonces la investigación se complicó, porque desde el martes hasta ayer nadie reclamó por ese muerto: un hombre de entre 35 y 40 años, morocho, de 1,75 de estatura, al que le faltaban varios dientes, dijeron fuentes de la investigación.
Casos de personas fallecidas en circunstancias violentas que aún estén NN hay pocos en San Juan: los policías recordaron ayer los huesos de una joven de unos 20 años encontrados en junio en un desagüe de Pocito (Ver Dos mujeres…).
Hipótesis III: el hecho de que nadie reclame a ese muerto, lleva a pensar a los pesquisas de que quizá no sea de San Juan o tal vez lo es, pero no se animan por miedo a que les pase lo mismo.
Hipótesis IV: Hay opiniones divididas sobre el posible móvil del crimen. Un grupo de investigadores no descarta una venganza por algo pasional porque en el modus operandi empleado (varios balazos y fuego para terminar) observan mucha saña, mucha bronca. Otros sin embargo ven en el empleo de balazos seguidos de incendio, un mensaje de tipo mafioso, como una señal para otros metidos en esa supuesta trama criminal de que les pasará lo mismo. Y en San Juan hay por lo menos dos casos emblemáticos de maniobras mafiosas: El crimen de "El Gringo" Fernández por drogas, y el intento de matar a tiros y quemar a Hugo Naranjo (Ver Con un tinte mafioso).
Pero los pesquisas quieren ir por partes. A todas luces está claro que primero deberán identificar al fallecido para resconstruir luego su trama de relaciones y recién entonces avanzar en las razones que pudo haber para matarlo.
¿Cómo identificarán a alguien que nadie reclama?. El trabajo encarado por la policía y especialmente por el médico forense Alejandro Yesurón promete dar algunas pistas: ayer trascendió que ya se trabaja en la reconstrucción de lo que pudo ser el rostro de la víctima. Y también se esperan resultados de un trabajo en algunas huellas dactilares sometidas un proceso químico para recuperarlas.
La búsqueda en fincas, obras (el fallecido tenía borceguíes y una güincha) y hasta el pedido a policías de otras provincias, son otros frentes de esperanza para saber quién es ese hombre. Aunque por lo bajo, muchos piensan que la víctima es del ambiente criminal y que si no hay pistas de algún informante será muy díficil esclarecer el caso.
