Agustín Gnecco llegó a San Juan en 1886 con una importante colección de monedas y estampillas bajo el brazo, que no tardó en transformarse en un museo que cambió al menos siete veces de casa, en el transcurso de un siglo.
Ni bien llegó, Gnecco no dudó en construir un galpón en el fondo de su casa para guardar los distintos objetos que había coleccionado durante toda su vida. Pero cuando murió, parte del patrimonio fue llevado a un museo de Buenos Aires. El resto de los objetos quedaron guardados en un depósito. Años más tarde, su hijo Anavadro logró que las piezas volvieran a la provincia. Primero fueron a parar a un edificio por calle Laprida, luego fueron guardadas en un depósito. Posteriormente llevaron las cosas a la vivienda de Isidro López y más adelante, a donde funcionó hasta hace poco el Ministerio de Educación, por calle Mendoza. Recién en la década del "80 el museo se instaló en su actual locación, en avenida Rawson y General Paz. Es este lugar el que están proyectando refuncionalizar para que el museo quede definitivamente allí. Hoy se cumplen 70 años del fallecimiento de Agustín Gnecco y el museo continúa en manos de la familia.
Don Agustín no dudó en construir un galpón de 25×25 en el fondo de su casa para guardar sus valiosas colecciones. Así, el museo fue como un integrante más de su familia. Es por eso que no fue casual que su hijo Anavadro continuara su pasión. Hoy, es seguida por su nieta María Julia, que se encuentra frente al museo.
En vida, este hombre intentó en un par de oportunidades que le donaran un terreno para poder abrir un museo y una imprenta que lo mantuviera económicamente. Pero nunca tuvo éxito y el tiempo se le acabó. Entonces, fue su hijo quien tomó la posta.
Por razones familiares, todos los objetos tuvieron que ser trasladados al museo de Luján, en Buenos Aires. Semejante tarea demandó 23 vagones del tren ya que transportaron más de 10.000 piezas. Hoy el museo cuenta con unas 160.000 piezas que recorren toda la historia de San Juan, partiendo de la prehistoria hasta la mitad del siglo XX. El universo de objetos se divide en varias temáticas como moda, mobiliarios, elementos de construcción y vida cotidiana.
Anavadro hizo hasta lo imposible para volver a traer el museo a la provincia. Una misión que se cumplió a fines de los "60. Sin embargo, el peregrinar de las piezas no terminó allí. El museo se instaló en primera instancia en el edificio que perteneció al Registro Civil, por calle Laprida. Posteriormente lo trasladaron a un depósito hasta 1974. Luego, Isidro López guardó todo el tesoro de los Gnecco. Fue hasta que lo trasladaron al edificio donde funcionó por años el Ministerio de Educación, por calle Mendoza, entre San Luis y 25 de Mayo. En 1960 fue declarado Museo Provincial. El destino final fue la ex escuela San Martín, que está en avenida Rawson y General Paz, en la década del "80. Durante todo este tiempo, el museo Gnecco tuvo que compartir el espacio con el museo de Bellas Artes Franklin Rawson. Pero en cuanto este tenga su edificio propio, que ya están construyendo donde funcionaba el Casino frente al Parque de Mayo, el Gnecco ocupará todo el edificio. Esto llevó a que se elaborara un proyecto de consolidación y refuncionalización, que ya está en manos de la Subsecretaría de Cultura. Si esto se pone en práctica, el museo Gnecco tendrá desde una biblioteca hasta una confitería.
