Tegucigalpa, 29 de junio.- La capital de Honduras presenta hoy una "tensa calma" en el primer día de Roberto Micheletti en el poder, con un seguimiento incierto de la huelga general convocada por los sectores sociales para reclamar el regreso de Manuel Zelaya y una crisis política aún sin visos de solución.
El presidente provisional -como denominan hoy los medios locales a Micheletti, en alusión a las elecciones generales que tendrán lugar en noviembre- tomó juramento hoy a cinco ministros de su gabinete e insistió en que los hondureños acudan con tranquilidad a sus puestos de trabajo y a los centros educativos.
"A todos los ciudadanos, que vuelvan a sus trabajos, que vuelvan a sus labores, queremos hoy más que nunca la producción de ellos, necesitamos de su labor, de su capacidad, de sus conocimientos para poder salir adelante", dijo hoy a un medio local Micheletti.
Zelaya fue sacado del poder y del país de manera forzosa por los militares ayer, domingo, y destituido por el Congreso, que nombró a Roberto Micheletti como nuevo jefe de Estado el mismo día.
Tras una noche con toque de queda, que, sin embargo, no evitó que seguidores del mandatario depuesto se mantuvieran frente a la Casa Presidencial, Tegucigalpa amaneció hoy con una aparente tranquilidad y poca presencia de militares y policías en las calles, aunque sí en la sede del Gobierno.
Para hoy está previsto que el gobernante interino tome juramento a su nuevo gabinete -en un acto atrasado por un corte eléctrico-, mientras el recién designado canciller, Enrique Ortez, hace esfuerzos para tratar de convencer de la legalidad de lo que sucede en el país a la comunidad internacional.
Hasta el momento ni un solo país ha reconocido al Gobierno de Micheletti.
Aunque no se han registrado enfrentamientos, aún hoy las Fuerzas Armadas mantenían militarizado el canal 36 de televisión, según indicó a Efe un empleado de ese medio.
El resto de canales de televisión mantienen una programación dedicada en gran medida al entretenimiento, mientras en la radio la posición oficial ocupa la mayor parte del tiempo.
En la capital hondureña, el mayor seguimiento de la huelga se produce en el sector educativo, con la Universidad Nacional Autónoma (UNAH) paralizada y miembros de los gremios de docentes secundando la llamada hecha el domingo por varios sectores sociales y sindicatos en apoyo al depuesto Manuel Zelaya.
El presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (CODEH), Andrés Pavón, indicó hoy a Efe que "algunas instituciones públicas, no todas, pero algunas se han ido incorporando poco a poco" a la protesta.
No obstante, reconoció que el seguimiento en el sector privado es nulo y que en el resto del país la incidencia se está viendo con mayor fuerza en el sector educativo.
Afirmó que los organizadores están teniendo dificultades para participar debido a que, según Pavón, el Gobierno trata de detenerlos.
En la capital hasta el momento solo se ha denunciado un herido: un empleado de la telefónica estatal que fue atropellado por un coche de la empresa que era manejado por un militar, según dijeron a Efe fuentes sindicales.
En San Pedro Sula (norte), la segunda ciudad más importante del país y la de mayor movimiento económico y comercial, el ambiente es tenso, hay incertidumbre y una inusual presencia militar en las calles, según medios locales.
Simpatizantes de Zelaya tomaron carreteras que comunican la frontera con Guatemala con San Pedro Sula, donde hoy es día festivo, por lo que la mayoría de comercios y algunas industrias están cerradas.
En otras ciudades del país como El Progreso también se han registrado cortes de carreteras y movilizaciones poco numerosas, mientras que en Puerto Cortés -el principal puerto del Caribe- el tráfico marítimo era normal, según medios locales consultados por Efe.
En la calle detractores y seguidores de Zelaya reconocieron que hay una "tensa calma", ante la falta de reconocimiento internacional del Gobierno que asumió el domingo.
"Se nota que la gente está intranquila, hoy no han salido los estudiantes y hay menos gente de lo normal", dijo a Efe Melco Bonilla, un transportista de 22 años, que tras manifestar su poca simpatía con Zelaya (Mel, como se le conoce popularmente) destacó la subida del combustible que este lunes entró en vigor.
"Todo el petróleo viene de Venezuela y sin Mel, no sé qué va a pasar", dijo, en alusión al apoyo de ese país al depuesto gobernante.
