Un grupo de dirigentes radicales había convocado para el jueves en la noche a sus correligionarios bajo el argumento de trabajar en una lista de unidad para evitar la interna, pero faltó una pata clave: el sector oficialista que encarna el actual vice a cargo de la presidencia, Eduardo Castro, quien aspira a liderar el partido. Este último estuvo en una reunión de la fuerza política a nivel nacional en Tucumán, pero había adelantado que no asistiría por profundas diferencias con Carlos Quevedo Mendoza, uno de los organizadores, a quien además le endilgó el hecho de querer armar en realidad una lista opositora, definición con la que coincidieron desde su espacio.

El 28 de agosto, el radicalismo elegirá a su nuevo presidente, que reemplazará a Hugo Domínguez, quien se encuentra en uso de licencia. La fecha tope para la presentación de listas es el 14 de este mes y todos los sectores hablan de esquivarle a la interna. Bajo esa idea se armó la reunión que motorizó Quevedo Mendoza, quien dijo que hay que “armar una lista que surja de un congreso de varias horas y no de una mesa de café”. Por su parte, Castro explicó que los representantes de su sector no fueron porque “no se sintieron representados” y que están trabajando para lograr la unidad con todos los espacios en una lista que lo lleve como cabeza visible. El que sí asistió al encuentro fue el también vice del partido, Nahuel Ibazeta, quien se ofreció para encabezar la lista de consenso, tal cual lo viene planteando.