El argentino Julián Pinzas se consagró campeón Panamericano en los Juegos Toronto 2015 en la división hasta 67 kilogramos en karate masculino, después de derrotar en la final al dominicano Deivis Ferreras. Se trataba de una jornada donde se ‘esperaba’ que el oro pudiera llegar a través de Las Leonas, que nuevamente cayeron en la final ante Estados Unidos, como hace cuatro años en ‘Guadalajara 2011’. El handball femenino, también brindaba esta posibilidad ante Brasil, aunque el poderío de las actuales campeonas olímpicas, que no fueron con todo el potencial a Toronto, hacían presagiar la caída que se dio en la final.

Así, el karateca porteño, de 24 años, sumó la duodécima medalla dorada de la delegación argentina, luego de empatar 2-2 la final con el apuntado Ferreras y quedarse con el triunfo por la decisión de los jurados, al ser al criterio de ellos el que más agresivo se mostró durante los tres minutos del combate, que faltando apenas 13 segundos lo tenían al argentino abajo (1-2) en el score. El camino a la gloria de Pinzas arrancó en el Grupo 2, donde venció 9-1 al cubano Maikel Noriega, 5-0 al chileno Israel Santana y 4-0 al canadiense Leirick Chung. Luego, en las semifinales, le ganó 2-0 al mexicano Daniel Vargas y llegó a la final. Luego de la consagración y quebrarse en llanto al escuchar las estrofas del himno argentino en lo más alto del podio, Pinzas dialogó con TyC Sports y contó sus orígenes. “Empecé a los seis años en un club de Barracas, en Buenos Aires, por iniciativa de mi papá, al cual le estoy eternamente agradecido. Mi hermano hacía varios deportes y no entré al karate para quedarme para siempre en el. Esto es algo muy grande para esta arte marcial, que en los Juegos es un deporte, pero el karate es una forma de afrontar la vida y jamás darse por vencido”, remarcó el campeón panamericano.

Justamente en su fortaleza mental estuvo una clave de la coronación, debido a que todo el combate contra Ferreras estuvo abajo en el marcador. “Tuve que siempre ir a atacar. Me di cuenta cuando faltaban trece segundos y le empaté que conservando el 2 a 2, el oro era mío. Pasa que como siempre combatí en desventaja fui más agresivo que él y entonces estaba convencido que los jueces me darían la pelea. Por suerte no me fallaron los cálculos”, cerró.