Acaba de cumplir 89 años y no se queda quieto. Dice que mantenerse activo lo hace sentirse más joven. Y aunque no recuerda con precisión las fechas, puede dar toda clase de detalles con respecto a las obras de regadío en las que participó. Se trata del ingeniero Víctor Suárez Ojeda, cuya especialidad fue Vías de Comunicación y como funcionario fue responsable de la construcción de los canales más importantes de la provincia.
Como si fuese su trofeo más preciado, todavía guarda su libreta universitaria en la que consta que fue el quinto alumno en inscribirse ni bien la Facultad de Ingeniería abrió sus puertas en la provincia. Víctor nació en San Luis y a los 19 años llegó a San Juan para estudiar Ingeniería. "Era la facultad que mejor se posicionaba en el país", cuenta. Y una vez que se instaló en la provincia, nunca más se fue. Se enamoró de una sanjuanina, se casó y tuvo dos hijas. En 1943 recibió el título de Agrimensor Nacional y en 1948 se recibió de ingeniero: el número 14 en egresar de la facultad sanjuanina.
Ni bien se recibió, comenzó su tarea docente en la facultad. Pero en 1955, tras la Revolución Libertadora, lo echaron junto a otros ingenieros que daban clases en el lugar. Víctor no abandonó las aulas. Por 15 años fue el titular de la cátedra Materiales de Construcción en la escuela Industrial Sarmiento. Paralelamente, se dedicaba a trabajar de manera privada.
Luego ocupó cargos públicos en varias oportunidades. Fue secretario de Obras Públicas de la Municipalidad de la Capital y secretario de la Gobernación durante la gestión de Rodríguez Castro. También trabajó como inspector de canales y obras viales durante la gobernación de Viviani. Sin embargo lo que más recuerda con nostalgia es la construcción del túnel que va desde Chimbas a Albardón y que sirve para abastecer de agua a esos y otros departamentos. "Los egresados de esta facultad eran bien cotizados por su formación. Siempre fue un orgullo decir que había estudiado en San Juan", dice Víctor.
No se queda quieto. Cada dos días va al gimnasio y anda en bicicleta. Pero también le dedica tiempo a su otra pasión: escribir. Dentro de poco presentará su libro "Hilvanando recuerdos", que además de hacer un recorrido por su infancia, también cuenta anécdotas de su época de estudiante. Y aunque se dedicó a una profesión donde siempre tuvo que estar a la vanguardia tecnológica a la hora de llevar a cabo la construcción de una obra, Víctor dice que no le gustan las computadoras, que confía más en sus manos. Es por eso que está escribiendo su libro con lapicera.
