Para Benito Carrasco su vocación se orientó al urbanismo, una disciplina que contaba con muy pocos especialistas en el país.
Poseedor de un exquisito buen gusto, todas sus obras de jardinería estaban basadas en la perfecta armonía.
Fue, entre otras cosas, director de Parques y Paseos de la Ciudad de Buenos Aires y creador de la primera Cátedra de Parques y Jardines de Argentina (actualmente llamada de Planificación de los Espacios Verdes) de la Facultad de Agronomía de la UBA.
Según decía Carrasco "los espacios libres tienen importancia para la estética y, especialmente para la salubridad de una población, y los recursos invertidos en ellos no deben ser valorados en dinero, sino en los innumerables y valiosos beneficios que los paseos públicos aportan al pueblo."
