Hoy se cumplirán 10 años de la muerte del papa Juan Pablo II y uno de los periodistas argentinos que lo acompañó en un viaje al Cono Sur en 1987 afirmó que el país “tiene una deuda de reconocimiento” con Karol Wojtyla, por el rol que jugó al evitar la guerra con Chile en el denominado “Conflicto del canal de Beagle”.
“Nunca terminamos de descubrir la valentía de Juan Pablo II para con la Argentina; porque a poco de asumir como papa, hizo de mediador en el conflicto del Beagle y gracias a él se frenó la guerra porque estuvimos a 6 horas de los tiros con Chile” en 1978, dijo a Télam el periodista y escritor Héctor “Tito” Garabal.
El Sumo Pontífice llevaba tres meses en su cargo, tras haber asumido el 16 de octubre de 1978, y ya mostraba la misma determinación que finalmente lo caracterizaría por los siguientes 27 años de su Pontificado.
Finalmente ofreció su mediación. Cinco días después de su pedido de paz, el 27 de diciembre llegó a Buenos Aires el enviado del Vaticano, el cardenal Antonio Samoré, quien tuvo un papel fundamental para la solución del conflicto.
Aquella fue la ardua, larga y complicada misión en la que se le fue la vida al cardenal Samoré, que murió sin ver realizada su obra. El silencio primero y el rechazo después del régimen de Leopoldo Fortunato Galtieri a la propuesta papal que dejaba en manos de los chilenos las islas alrededor del Beagle demoró años la resolución del conflicto, que recién vio la luz con la
llegada de la democracia en Argentina.
El 11 de junio de 1984, el cardenal Agostino Casaroli, quien reemplazó a Samoré, presentó la última propuesta papal. Previo a su presentación, el emisario del Vaticano aclaró que un rechazo de la misma significaría para el Sumo Pontífice el fin de la mediación.
Finalmente, ambas partes terminaron aceptando lo propuesto por Juan Pablo II y el 29 de noviembre de 1984, Argentina y Chile firmaron el Tratado de Paz y Amistad aún vigente.
El Papa de los récords
Tras 27 años de papado, Juan Pablo II falleció a los 84 años el 2 de abril de 2005, el mismo día que Argentina conmemora el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, para cuyo término también fue crucial la visita que Juan Pablo II realizara al país en 1982.
Karol Wojtyla pasó a la historia como el “papa de los récords”, tras convertirse en el primero no italiano en más de cuatro siglos, haber viajado un equivalente a más de 3 veces la distancia a la Luna, ostentar el tercer papado más largo de la historia y ser canonizado en tiempo récord. Para ello no fue necesario esperar los tiempos reglamentarios en hacer realidad el pedido de “¡Santo súbito!” (¡Santo ya!) que clamaron los fieles desde el día mismo de su muerte.
“Juan Pablo II abrió el pontificado al mundo, fue un hombre muy entregado con la gente y con una enorme capacidad para decir las cosas y un carisma enorme, por su veta de actor”, aseguró Garabal.
Para el periodista hay una marca de continuidad entre Juan Pablo II y el actual papa Francisco. “A Juan Pablo II se lo iba a ver y cualquier persona se conmocionaba de verlo, a Benedicto se lo iba a escuchar, y Francisco aúna las dos cosas, eso es lo fantástico”, dijo.
Nacido en 1920 en Wadowice, en el Sur de Polonia, en el seno de una familia humilde, Wojtyla tuvo un papel preponderante en la reorganización de las fronteras europeas, la desaparición de la URSS y la caída del comunismo.Y pese al conservadurismo que muchos vieron en su gestión, su persona estuvo rodeada por un gran aura de popularidad y en sus viajes siempre estuvo acompañado de multitudes.
Estudiante de filosofía y teatro cuando era joven, obrero en unas canteras de piedra y fichado por la Gestapo en su Polonia natal, Wojtyla fue nombrado arzobispo de Cracovia en 1963 y cardenal en 1967; y tras la muerte repentina del papa Juan Pablo I, fue elegido su sucesor en 1978, convirtiéndose (con 58 años) en el pontífice más joven del siglo XX.
