El primer tiempo fue brillante con dos goles de cabeza, que prometían mucho.
Pero en el capítulo final defraudaron. Jugaron a no jugar. Se preocuparon más por hablar. Eso los sacó del partido. Lo podría haber ganado cualquiera, pero fue empate nomás. Y por supuesto la espina del año pasado, cuando la Villa salió campeón en el estadio 12 de Octubre seguirá clavada en el corazón Azul, que ayer no pudo e igualó 1-1 con Villa Obrera con un buen arbitraje de Eugenio Yevcin.
Fue un punto que festejó el de Chimbas, que llegó a la punta en compañía de Marquesado, Trinidad y San Martín. La igualdad para el Azul preocupa, porque está a ocho puntos de la promoción y en la fecha que viene visitará a Atenas.
El comienzo fue todo de Unión, que en los pies de Brombale y Flores encontró el camino. Justamente el Azul fue el primero en avisar con un cabezazo de González, que desvió el arquero Jofré. Había ganas de jugar, el trámite era dinámico. Hasta que Unión pegó el portazo con un cabezazo de Morales, 1-0. El campeón no se quedó e igualó con una palomita de Ricardo Mestre, 1-1.
En el segundo tiempo Unión avisó con un tiro libre de Flores, que Jofré manoteó. A partir de ahí ambos se olvidaron de lo bueno que hicieron en la parte inicial. Se dedicaron a protestar y el juego se hizo muy cortado. En ese contexto Mestre se comió un gol increíble con el arco a su merced, era el gol del triunfo. Después de las emociones ni Unión ni Villa Obrera se animaron a arriesgar más conformándose con el punto en la tarde de las cabezas.
