El glaciar Perito Moreno completó en la madrugada de ayer el singular espectáculo de su ruptura, en medio de una tormenta y sólo observado por personal del Parque Nacional Los Glaciares, que a esas horas estaba cerrado a los visitantes.

‘El estruendo fue muy grande, fue alrededor de las 4, cuando llovía a baldes y no había gente en el mirador. Solamente estaban nuestros compañeros del Parque que lo seguían desde el refugio‘, contó ayer a la agencia oficial de noticias Télam Carlos Corvalán, intendente del Parque Nacional Los Glaciares.

Así, uno de los más majestuosos espectáculos de la naturaleza ocurrió en la oscuridad, bajo la lluvia intensa y con plateas vacías. Corvalán recordó que de los últimos rompimientos del ‘Perito Moreno‘, en 1988, 2004, 2006 y 2008, también el de hace seis años fueron nocturnos.

Centenares de turistas de la región, del país y del extranjero habían llegado en los últimos días a la ciudad santacruceña de El Calafate, la más cercana a este parque nacional, deseosos de presenciar ese pequeño cataclismo natural.

Con cielo despejado, ayer se podía ver abierto el Canal de los Témpanos que lleva el agua del brazo Rico al sector principal del lago Argentino, por delante del frente del glaciar, un río helado de 31 kilómetros.

El espectáculo comienza cuando en su avance, la lengua de hielo del glaciar llega a la península de Magallanes y cierra como un dique el brazo Rico, donde el agua comienza a acumularse y a presionar sobre la barrera de hielo.

El momento crítico del ciclo se produce cuando el aumento del nivel y la presión del agua en el Rico hacen que, por flotación, la masa de hielo se desprenda del lecho rocoso, y se produzcan filtraciones hacia el cuerpo principal del lago Argentino.

Esas filtraciones y la presión del agua van deteriorando el dique de hielo, que en el proceso de perder poco a poco su masa por sucesivos desprendimientos, adquiere la forma de un arco, hasta que finalmente éste se derrumba por completo y deja despejado el Canal de los Témpanos.