Pasaron 10 fechas del Torneo Inicial para que Gabriel Perrone decidiera cambiar de sistema táctico. Principalmente por la gran cantidad de lesionados y la falta de triunfos. Abandonó el 3-4-1-2 que lo caracterizó y que al principio de su gestión le dio rédito, para apostar anoche con el 4-4-2 con dos líneas de cuatro bien definidas, demasiado paralelas, con los dos puntas intentando presionar la salida de Estudiantes, pero lejos del área y menos de tener contacto con la pelota.
Al principio insinuó otra cosa, porque con las pelotas cruzadas a la espalda de Jara pareció que dentro de los recaudos, tenía lugar para la sorpresa. Aunque estas no llegaron más y se fue metiendo en su campo más por la propuesta a la que apostó, que a lo que hizo Estudiantes.
Pobre para salir, marcar y hasta tener la pelota. Incluso cada vez que pudo hizo tiempo. Y basta con resaltar la falta que le cometieron a Jorge Luna en el complemento, que fue en tres cuartos de cancha, y cuando tenía dos compañeros para seguir y encarar, se paró y esperó que el árbitro Pablo Díaz sancionara la falta.
Anoche se notó mucho, demasiado, la ausencia de Mauro Bogado. Su ida y vuelta, con desequilibrio y profundidad no se lo aportó Luna, quien no se encontró en la función de volante por afuera, siempre se cerró y metió al medio, pero tampoco fue el enganche que pudiese meter el último pase para abastecer a los delanteros que debieron jugar demasiado de espaldas al arco adversario.
Por ende en la ofensiva, Gastón Caprari ni Claudio Riaño tuvieron contacto con la pelota, ni siquiera para presionar la salida porque San Martín siempre esperó muy atrás y sus acciones no tuvieron sorpresa. Y es donde la otra ausencia, porque la de Osorio también pasó factura ya que la dupla no supo como ubicarse para por lo menos ser descarga.
Y aquí entro a jugar la labor de Emmanuel Mas, quien debió marcar y no ser salida con llegada como se había acostumbrado. Mientras que los cuatro de atrás nunca se movieron de su posición, incluso los laterales no cruzaron la mitad de la cancha en ningún momento (sólo para efectuar los laterales).
Y el doble 5, ante la falta de ayuda, abusó de las faltas, fueron amonestados y estuvieron lejos de los recuperadores natos con absoluta presencia.
Lo que más llamó la atención es que Estudiantes no fue mucho más que San Martín, sino que el mismo San Martín se posicionó para ser menos que Estudiantes, para un cambio de sistema que no dio resultado, o que no estuvo del todo aceitado para ponerlo en acción cuando el equipo más lo necesitaba, por su presente complicado.
