A pesar del bullicio de la gente, el ruido de la ruedas de los skates sobre el asfalto se mezcló con los gritos de gol de los niños que armaron picaditos en todos los espacios verdes. Así, el Parque de Mayo se transformó en un polideportivo, donde las pelotas de voley y fútbol fueron los elementos infaltables en cada grupo que festejó el Día de la Primavera ayer en la tarde.
La pista de skate fue sin duda uno de los atractivos más importante de las inmediaciones del Parque. Sobre calle San Luis, cinco rampas formaron una gran pista en donde los expertos hicieron cientos de piruetas, mientras que los skaters principiantes los admiraron y trataron de copiar cada gesto sobre el skate. La mayoría de la gente que caminó por esa zona se detuvo unos minutos para admirar la destreza de los jóvenes extremos. En tanto, en el centro de la plaza España una palestra fue la culpable de una larga cola de niños que soñó con ser escaladores por unos minutos. Los gritos de aliento de los amiguitos que miraban desde suelo, hicieron que los más pequeños treparan como si fueran arañas. Así, los niños que fueron guiados por personal del Club Andino Mercedario, tuvieron una experiencia inolvidable sobre la improvisada montaña.
Además de estos deportes extremos, no faltaron los clásicos. Y al igual que todos los años el fútbol y el voley siguieron siendo los deportes protagonistas de la tarde. En el Parque, desde los más pequeños hasta las familias completas se animaron a patear la pelota o a tratar de hacer que cruzara las improvisadas redes. Mientras que otros jugaron al rugby o patinaron sobre las calles internas del pulmón verde.
Tampoco faltó el picnic para el festejo. El mate, las pastafrolas, las tortitas y las gaseosas estuvieron presentes en casi todas las mantas que estaban sobre el pasto. Hubo pocos sanguchitos, es que la mayoría optó por ir al parque después de almuerzo para que la espera no fuera tan larga para ver a Los Tekis, Tan Biónica y la Banda XXI.
