Por: María Inés Montes
Fotos: Federico Levato
Modelo: Liliana Galvez
Prendas: Arquetipas, Av. España 261 (N).
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‘La segunda bandera que integra el imaginario de una tradición de paz y cobijo en la que los argentinos nos reencontramos y nos reconocemos’, escribe el arquitecto Alberto Bellucci, director del Museo de Arte Decorativo de Bs. As.

Presente en innumerables acontecimientos históricos de San Juan y de la Argentina, y musa inspiradora para renombrados artistas locales, entre ellos don Buenaventura Luna, quien dejó como legado su poema ‘Viejo Poncho Sanjuanino’. Para recordar su historia una breve reseña. Como origen podríamos señalar que el Unku, de confección incaica, fue su antecesor. Era una prenda de vestir típica de las regiones andinas, que consistía en una tela cuadrada tejida con lana de camélidos, una especie de capa cosida a los costados con una abertura para pasar la cabeza y que caía a lo largo del cuerpo. Su origen es muy antiguo, se remonta al período precolombino. Con el correr de los años el poncho sanjuanino mantuvo su diseño, color y técnica de confección, aunque varió el material para su realización. Como se dijo, antiguamente se hacía con pelo de camélidos, pero a partir de que se prohibió la caza y esquila de estos animales, se comenzó a usar lana de oveja vicuña o guanaco, para su confección. Con ello surgió una nueva ‘industria’: el teñido. (Fuente: Libro El Poncho Sanjuanino del historiador Miguel Montaño). Instituido como un elemento más de la identidad cultural de los sanjuaninos en el año 2007, esta prenda debe ser difundida y promocionada entre agrupaciones gauchas, academias folklóricas, entidades tradicionalistas y la comunidad en general.

La trama del Bicentenario

En el mundo de la moda, el poncho tomó protagonismo y se impuso en la temporada fría, en diferentes confecciones paños y tejidos, hoy traemos aquellos que están hechos al telar. Otra tradición muy nuestra que próximos a la celebración cabe su distinción en versión moderna.