“Si Dios nos bendijo con estas riquezas en las montañas, ¿por qué no podemos beneficiarnos con ellas?”. Estas son las palabras de Roberto Rodríguez, un pastor evangelista que se dedica a los fieles de su iglesia y a la compra-venta de minas que posee en varios departamentos de la provincia de San Juan.
Dice no considerarse un minero, pero sí tiene contacto con varios productores de la provincia. Su incursión en esta importante industria comenzó recientemente. “Hace dos años, un amigo me ofreció invertir en la compra de distintas canteras y minas. No tenía mucha idea sobre esto. Nací en Salta pero trabajé mucho tiempo en la industria del vidrio en Buenos Aires. Finalmente vine a predicar a San Juan y me enamoré, me casé y me quedé en esta hermosa provincia”, dijo Roberto.
Actualmente no posee un templo donde se reúna con los miembros de su iglesia, sin embargo, mas allá de no contar con un espacio físico determinado, se convoca en el departamento de Chimbas con los suyos y charlan entre otras cosas sobre la industria minera y los avances que esta ha propuesto en la comunidad.
“Para crecer espiritualmente, es necesario tener cubiertas las necesidades básicas. En mi opinión, la industria minera ha venido a cubrir gran parte de estas necesidades en la comunidad. Es por ello que debemos aprovechar y desarrollarnos en un sentido más profundo, el espiritual”, dijo Rodríguez.
Las minas y canteras que este pastor tiene bajo su propiedad se encuentran ubicadas en distintos departamentos. Posee minas de sulfato en Calingasta, canteras caleras en Los Berros, canteras de mármol y travertino. Incluso posee una mina de oro, plata y cobre en Valle Fértil. Actualmente, Roberto Rodríguez, se encuentra en búsqueda de nuevos inversionistas que puedan adquirir sus propiedades o poner el capital para realizar una explotación conjunta.
“Siempre digo que es mejor dar que recibir. Y nunca hay que dar pensando en qué podemos recibir a cambio. Nunca en mi vida pensé estar adentro de la industria minera, pero hoy, con cincuenta años, me levanto por las mañanas sabiendo que tengo un recurso económico importante para toda mi familia”, explicó Roberto.
Este emprendedor pastor evangelista se encuentra ahorrando dinero junto con su comunidad para poder construir un templo en el departamento Chimbas. Confeso admirador de la minería, demuestra un gran interés por el cuidado del medio ambiente.
Esto, afirma, puede hacerse sólo cuando verdaderamente se conoce la actividad que se realiza.
“Desde que comencé a meterme en esta actividad, empecé a ver cómo se trabajaba día a día. Cómo es el sustento de muchas familias, cómo lleva dignidad y trabajo a muchas personas. Cuando uno deja de ser un mero espectador de la industria minera, puede ver la verdadera magia que trae consigo, el verdadero desarrollo que esta importante industria ha propuesto en todo el territorio de la provincia de San Juan. Ojalá la minería dure toda la vida”, concluyó Rodríguez.
