El Destacamento de Infantería de Montaña 22, tal como ocurre en cada edición del Desafío Ansilta, estuvo presente en la jornada de ayer. Primero, la Banda de Música del DIM 22, le puso el colorido a la competencia con sus marchas cuando partía la última prueba de la jornada. Y después de finalizar tamaño esfuerzo, Gendarmería ofreció un locro criollo que no hacía otra cosa que premiar a los atletas tras el sacrificio de la mañana. Con dos ollas gigantes, el Ejército hizo un gran locro para sus 1.500 comensales.
Familias enteras se hicieron presentes en la mañana de ayer a lo largo y ancho del recorrido para alentar a cada uno de los participantes. Envueltos en pilotos, con paraguas en mano y con equipos de mate, los familiares y amigos estuvieron presentes haciendo el aguante. Fue una postal ver cómo cada delegación, sobre todos quienes llegaron de otras provincias, armaron campamento dentro del Palmar con sus gazebos identificatorios.
