"Dios me demostró que está con nosotros al dejar que mi beba llegara con vida al hospital. Y estoy segura de que ahora la va a bendecir para que salga adelante. Desde que nació no he parado de rezar". Estas fueron las palabras de Yamila Olguín, de 20 años, la mamá del primer bebé sanjuanino del 2010, y de la década, de sexo femenino y sólo cinco meses de gestación. Nació a las 3.30 de la madrugada de ayer en el auto de su abuelo, camino al Hospital Rawson. Se encuentra en el Servicio de Neonatología de dicho centro, en estado delicado de salud. Y ya comenzó a recibir la ayuda de desconocidos.

Durante casi todo el embarazo Yamila tuvo complicaciones y amenazas de pérdida. Siguió al pie de la letra las recomendaciones médicas con el objetivo de cumplir los nueve meses de gestación. Pero no tuvo suerte. Su bebé nació cuatro meses antes de la fecha prevista, y sin darles tiempo a sus padres de elegirle un nombre. "El jueves por la mañana tuve nuevamente síntomas de pérdida y los médicos me medicaron y recomendaron reposo -contó la mamá del primer bebé del 2010-. Pero después de la medianoche comencé con contracciones y a eso de las tres de la madrugada no aguanté más y le pedí a mi suegro que me trajera al hospital. Anduvimos unas cuadras y el bebé comenzó a nacer. Por suerte iba mi mamá, que adentro del auto atendió el parto".

Yamila contó que a los pocos minutos del nacimiento ingresaron a Maternidad del Hospital Rawson, donde ambas fueron atendidas de inmediato. Ella quedó internada en la sala 17 cama 11, mientras su beba fue derivada a terapia de Neonatología, donde permanece en incubadora y en delicado estado de salud. Los médicos de ese servicio no quisieron dar mayores detalles sobre la salud de la pequeña, y sólo se limitaron a confirmar su hora de nacimiento y los meses de gestación con que llegó al mundo.

A las 10.30 de ayer, Yamila todavía no tenía permitido ver a su pequeña. Pero no se angustió por eso. Con total optimismo se atrevió a pronosticar que su nueva hija (tiene otra nena de 1 año y medio) va a ser una rebelde. Y comenzó a enumerar las razones de su hipótesis: nunca dejó ver su sexo en las ecografías, eligió nacer en un auto y, encima, antes de tiempo para ser el primer bebé del año y captar la atención de todos.

A esa misma hora, la flamante mamá recibió una sorpresa que, según ella, le volvió a confirmar la presencia y compañía de Dios. Un grupo de desconocidos, representantes de la Federación de Ruedas Internas de los Clubes Rotarios, llegó para obsequiarle pañales, ropa y productos de higiene. Muy emocionada, Yamila agradeció el regalo. Contó que son una familia humilde que vive en una habitación en el fondo de la casa de su padre, en Santa Lucía, y con la plata que gana Lucas, su pareja, en una fábrica de fideos. "Vamos a tener que irnos a otro lugar para tener más espacio para las niñas -dijo-. No podemos pagar un alquiler muy alto, pero tampoco pedimos que nos regalen nada-. Si alguien nos puede alquilar una casita por 500 pesos, se lo vamos a agradecer".

Con el mismo optimismo y entereza que demostró desde el comienzo de la nota con DIARIO DE CUYO, Yamila sostuvo que no le interesa que su hija pase a la historia como el primer bebé del 2010. Dijo que prefiere que la comunidad sanjuanina la reconozca y recuerde como la beba que luchó por su vida. Y que logró salir adelante.