Vaya si San Martín tuvo que sudar la gota gorda ayer en su sexto amistoso de pretemporada. Ese sacrificio le alcanzó con lo justo para salvar el invicto en los partidos de preparación de cara al torneo de la B Nacional. ¿El culpable de la angustia? El Del Bono de Enrique Villegas, que le jugó de igual a igual en el propio Hilario Sánchez y que lo dejaba sin invicto al Verdinegro hasta el los 46′ del complemento cuando en su reencuentro con la gente de Concepción, Luis Tonelotto marcó el 2-2 final. Claro que lo hizo luego de marrar su segundo penal, en una siesta donde a este San Martín le pegaron el primer gran susto.
Los dirigidos por Hrabina salieron a la cancha con 3-4-1-2. La defensa, otra vez, resultó lo más sólido del equipo que, tal cual ratificó el Ruso luego del ensayo, sigue con su carencia ofensiva. Apoyado en la polifuncionalidad de Pereyra, el Verdinegro controló más la posesión del balón. Fue justamente el pibe sanjuanino quien marcó el primero a los 29′ tras un preciso zurdazo (es derecho, pero le pega muy bien con ambas piernas). Antes de eso, hubo tiempo para que Barrios demostrara sus reflejos ante dos mano a mano: primero con Palma y luego con Cuevas.
La parte final (por primer vez San Martín jugó dos tiempos de 45′ cada uno en los amistosos) fue distinta. El Bodeguero se paró más arriba y eso lo puso más que incomodó a San Martín. El ingresado Cáceres estampó la igualdad a los 8′ con un derechazo preciso. Luego vinieron los cambios por doquier, entre los que apreció Tonegol y el pibe Galiana, un delantero que recién se sumó ayer al Verdinegro y que con su movilidad hizo un desparramo en la defensa rival. Y como para demostrar el idilio entre Tonelotto y la gente, el entrerriano sólo recibió aplausos de aliento cuando a la media hora el arquero Aráoz le contuvo el primer penal. Encima, el Chueco Roldán clavó el 2-1 para la visita con lo que el invicto quedaba en un grato recuerdo. Aunque ya en el tiempo adicionado, otra pena máxima para San Martín y fue Tonelotto el que debió frenar la disputa por ver quién lo pateaba entre Pereyra y Alonso (el que sufrió la infracción). Pateó el goleador y esta vez Vázquez le contuvo el remate, aunque en el rebote el nueve marcó el angustioso empate final.
