"Más allá de que los supuestos actores fueran terriblemente intimidantes, avasallantes, invasivos, en el transcurso del rato que permanecí fui insultada directamente, criticada explícitamente y sujeto de burlas y agresión física sin que yo diera motivo o provocación alguna que pudiera llegar a justificar tales acciones (…) Apoyo la producción local. Y también he viajado y viajo por el mundo viendo espectáculos de todo tipo. Jamás en toda mi vida fui a un espectáculo donde me digan ‘perra’, por no aplaudir. Jamás me tiraron papel picado en los ojos con total violencia por no aplaudir", escribió, entre otras, cosas Romina, reconocida bailarina de tango local, que solicitó no publicar su apellido y que en diálogo con este medio ratificó lo publicado y se explayó: "El público es sagrado. El artista se debe al público y debe hacerlo feliz".
Consultada al respecto, la directora y también actriz de la obra, Jennifer Piñero (quien dijo tener el registro de la función) respondió que "es falso lo que dice, no se le infringe al público ninguna clase de perjuicio físico. El código actoral que usamos es bufón y clown, ella al parecer desconoce dicho género. El mismo tiene como premisa interactuar constantemente con el público en una clave de complicidad, sin ser personalista ni buscar ofender"; y que "la única pregunta personal que le hicimos es cuál era su nombre, que hacemos a todos los espectadores". La directora sostuvo que "no creo que exista buen y mal teatro, el arte es muy subjetivo. Somos un grupo que se dedica hace muchos años al teatro y venimos con una formación sólida. En todo caso eso es su opinión, no una verdad absoluta" y destacó que el Instituto Nacional del Teatro "avaló el proyecto con una alta calificación: 9 puntos sobre 10. Nosotros hacemos teatro de ruptura experimental, claramente ella está acostumbrada al teatro clásico". "Somos conscientes de que cuando uno busca romper con los paradigmas del teatro aristotélico, no siempre es bien recepcionado, pero claramente su ‘critica’ está hecha desde el enojo, y nosotros trabajamos desde otros lugares. En todo caso el espectáculo invita al público a que se posicione en su calidad de sujeto pensante, hablante, participante, que lo saque de la comodidad de la oscuridad y distancia de las salas clásicas, que fue lo que asumo fue buscando ella, simplemente diversión sin involucrarse ni participar; y no hay nada de malo en ello, pero bueno, nosotros estamos en otra búsqueda y no somos unos improvisados", subrayó.
