Estudiantes de La Plata derrotó a Boca Juniors por 1-0, con una actuación convincente en la cancha de Quilmes, y consolidó sus aspiraciones de pelear el campeonato Apertura de fútbol. La victoria, legítima, más amplia en los merecimientos que en el marcador, fue obra de un gol convertido por Marcos Rojo, al minuto del primer tiempo.
con la victoria, Estudiantes sumó 16 puntos (tiene un partido menos) y se ubicó a uno de Vélez, el líder. El miércoles próximo tendrá el clásico platense y podría quedarse con la punta. El equipo de Alejandro Sabella hizo la diferencia desde el comienzo, con un golazo, al minuto de juego, de Marcos Rojo, que definió con una volea de zurda que fue imposible detener para Lucchetti, que sufrió goles en contra en todas las fechas.
El partido fue flojo, con algunas emociones aisladas. Estudiantes insinuó con algún remate de Verón, pero no sufrió ante la pasividad xeneize. Estudiantes gobernó el juego y dominó la pelota. Boca inquietó con un cabezazo de Palermo, pero no más que eso. Insaurralde lo tuvo en el final, tras un centro al corazón del área.
A Estudiantes el triunfo le entrega cierto alivio tras la eliminación de la Copa Sudamericana y en la final de la Recopa. Fue el partido clave para barnizar su personalidad ganadora. Distinto es el panorama en Boca, que naufraga en su irregularidad y añora la lucidez futbolística de Juan Román Riquelme.
Boca, que después de dos victorias consecutivas llegó inspirado al partido en el estadio de Quilmes donde Estudiantes hace de local, no encontró la fórmula para vulnerar a un rival necesitado del triunfo después de quedar eliminado de la Copa Sudamericana.
El equipo local ejerció una nítida supremacía en el juego ante un opaco y fantasmagórico equipo de Boca. Contó con la ventaja de un gol tempranero, en el minuto inicial, con un zurdazo cruzado de Rojo desde el sector izquierdo, tras un pase de Enzo Pérez, que se clavó en el ángulo del arco defendido por Cristian Lucchetti.
Boca no tuvo reacción. Sus mediocampistas no recuperaban la pelota y, cuando les llegaba, no eran capaces de generar un juego colectivo con alguna dosis de audacia y desequilibrio.
En ese contexto, Estudiantes, con un juego de equipo más sólido y consistente, siempre estuvo más cerca del arco rival.
En el segundo tiempo, obligado por el marcador, Boca asumió más riesgos y se adelantó en el terreno de juego.
El entrenador del cuadro visitante, Claudio Borghi, ordenó los ingresos de Marcelo Cañete, Orlando Gaona Lugo y Pablo Mouche para que su equipo cobrara mayor protagonismo ofensivo.
Estudiantes, sin embargo, no perdió el control. Rodrigo Braña y Juan Verón fueron los dueños del mediocampo: marcaron los tiempos del partido y e impusieron el ritmo de juego. La victoria, al cabo, fue inobjetable porque Boca exhibió una imagen opaca que en ningún momento amenazó el triunfo local.
Estudiantes levantó acciones después de los dos golpes simultáneos que sufrió en la Recopa y en la Sudamericana. Boca, con menos aire ya para pensar en el futuro, dejó atrás una muy buena chance de acortar distancia con los de arriba.
