Una historia futbolera, de esos hombres que jugaban por la camiseta y de canchas desbordantes de pasión, pero con un matiz triste, se conoció esta semana. Es que el recordado Roberto "Beto" Acosta estaba jugando un partido con el rival más difícil que tuvo: la fragilidad de su salud. Ayer se conoció la noticia menos grata, es que ese crack que tuvo el fútbol sanjuanino dejó este mundo. Era una gloria, con una pegada que los añosos hinchas del Bohemio admiraron cada vez que les estalló la garganta con un gol del Beto.
El recuerdo, la nostalgia y la mano siempre tendida para un buen tipo no se hizo esperar. A través de la web de DIARIO DE CUYO aquellos viejos amigos se enteraron de la realidad que vivía el Beto y que por su perfil bajo quiso que no trascendiera antes. La página de este diario sirvió para que Leonardo Fortuño, que vive en Venezuela, se contactara antes que falleciera y se ofreció sabiendo de lo compleja que era su enfermedad. "Estoy radicado hace 20 años, me gustaría colaborar de alguna forma con la gran persona y el ídolo de Peñarol, si es posible publicar un número de cuenta. Estoy con vos gran Beto". Tal vez el hombre que con su mágica pegada deleitó a propios y extraños no sabía que eso que sembró dentro de una cancha trascendiera décadas después. Desde La Rioja, José Luis Idoria recordó al ídolo, "lo más grande que vi en mi vida, un amigo y compañero en mi Peñarol del alma, de alegrías y tristezas, pero siempre estaba el gran capitán para alentarnos y aconsejarnos. Dios dale fuerza al Beto".
Desde Chilecito, La Rioja, vino otro recuerdo que daba la pauta de que más allá de lo futbolístico, el Beto dejó enseñanzas y buenos recuerdos. "Lo traje a Chilecito a jugar un Regional con Unión de Chilecito y deslumbró. Era un amigazo.", expresó Roberto Gatica.
Recordar al amigo, al compañero, al futbolista, no tuvo fronteras y cruzó los límites de su patria chica. Hasta siempre Beto.
