Ya es casi un ritual. Cuando Vladimir Chagin llega al vivac y estaciona meticulosamente su camión sobre la lona blanca extendida al sol, baja siempre silenciosamente de su vehículo. Vencedor o no, difícilmente se sabría. Se abre un poco el buzo mientras alguien le ofrece una cerveza. "Cerveza rusa", dice el intérprete. Logística y precisión, esos son los puntos fuertes de la casa Kamaz. Chagin, por su parte, examina su camión y da instrucciones a sus mecánicos. El quíntuple ganador del Dakar (2000, 2002, 2003, 2004, 2006) no deja ningún cabo sin atar. Da consejos a los mecánicos encargados del mantenimiento, echa un vistazo rápido a la ficha técnica fijada sobre la puerta del camión, y si fuera necesario, se arremanga el buzo para echar una mano. Quien fuera apodado hace ya mucho tiempo el "Zar" vive por y para los camiones. Este loco del camión, que cumplió los 40 el pasado 5 de enero, que ayer igualó el record de 52 triunfos en etapas con Peterhansel (el ruso siempre en camiones y el francés repartidos en motos y autos) luce desde hace una década una marca en la que comparte protagonismo con el actual defensor del título Firdaus Kabirov (vencedor también en 2005) y con Ilgizar Mardeev, un piloto de lujo que no se priva de ganar etapas, los pilotos de los otros dos camiones del equipo.

"A nosotros el Dakar nos mantiene ocupados todo el año", señaló Evgeny Svrylev, el coordinador del equipo para explicar el rendimiento de los Kamaz en el rally, con 7 victorias en las últimas 9 ediciones. "Nos preparamos durante once meses, tanto técnica como moralmente. Mantenemos, como quien dice, la mente centrada en el Dakar". Si bien el dominio de los camiones azules se explica por la destreza de sus pilotos y los medios brindados por una potente empresa del sector industrial, la determinación ha sido siempre el rasgo distintivo del equipo. En Kamaz, el lema es el siguiente: "Una victoria en el Dakar significa tener ingresos garantizados durante todo el año".