Fabio Manuel Matías Esquivel Icazati, a punto de cumplir 22 años el próximo 28 de junio, tercer grado concluido en la primaria, de ocupación vendedor ambulante, confeso adicto al pegamento, hijo de padres separados. Con domicilio paterno en el barrio 25 de Mayo, Maipú, Mendoza, y otro sin definir (el de su madre) en San Juan. Así presentó ayer ante el tribunal parte de su historia personal el joven mendocino. La otra parte está muy ligada a su trayectoria al margen de la ley: una condena a 2 años y 6 meses en Mendoza por privación ilegal de la libertad y un asalto a mano armada contra un colectivero en Pocito el 10 de julio de 2008, hecho que lo llevó a la cárcel de Chimbas en la cual protagonizó una increíble fuga: en abril de 2009, aprovechó que dejaron la puerta de su celda abierta y se fue de un moderno sector del penal, a pesar de que cada uno de sus pasos era filmado.
Este último episodio es una jugosa anécdota en su vida porque no cometió ningún delito: no golpeó ni rompió nada para escapar. En cambio está muy complicado por el robo a punta de arma del maletín de un chofer y otro de la empresa "Autotransportes San Juan Mar del Plata’ (ambos con documentos), cometido en julio de 2008 en la ruta 40, a la altura del cruce con la ruta 295, en Pocito.
Por eso llegó ayer a la Sala I de la Cámara Penal para plantearle al juez Raúl José Iglesias, que está dispuesto a recibir un castigo de 5 años de cárcel por ese robo y la tentativa de hurto simple contra una pasajera (su acompañante en aquel viaje de Mendoza a San Juan) que era a quien intentaba robarle algunas cosas cuando la mujer se fue al baño.
Aquella noche la mujer se dio cuenta y lo acusó ante los choferes. Icazati en principio se mostró de acuerdo en regresar lo sustraído, pero no soportó que lo trataran de "choro": Entonces sacó de su cintura un revólver, obligó a un chofer a traer su mochila, pero ante la demora optó por sustraer los dos maletines, se bajó y huyó, aputándoles. Pero cometió un error: dejó su mochila, con los papeles donde figuraba su nombre y su régimen de libertad condicional.
Por eso no dudó en aceptar la propuesta del fiscal Gustavo Manini de abreviar el juicio, y así lo acordó a través de su defensor Juan Carlos Juárez. Si acepta el planteo, el juez no puede aplicar una pena superior a la pactada.
